Salarios y el Banco Mundial

Salarios y el Banco Mundial

El Vicepresidente para América Latina del Banco Mundial, Jorge Familiar, pronunció recientemente una conferencia en nuestro Palacio Nacional donde enfatizó que contábamos con “un mercado laboral que no parece compensar plenamente a los trabajadores por su productividad creciente y que eso, entre otros factores, ayuda a explicar por qué la pobreza no ha disminuido con mayor rapidez a pesar del rápido crecimiento.
La voz de Jorge Familiar se une a lo expresado hace un año por el Gobernador de nuestro Banco Central, Héctor Valdez Albizu, (ver su carta pública a Bernardo Vega en Hoy, enero 29, 2016), sobre la necesidad de un aumento salarial.
Que dos portavoces de la ortodoxia monetaria aboguen por un alza salarial, cuando eso es más bien típico de organismos liberales, es otro ejemplo de cuán fuerte ha sido el cambio de actitud en los organismos internacionales y en unos Bancos Centrales que ahora se caracterizan, en Norteamérica y Europa, por una fuerte expansión del crédito, algo anatema en el pasado.
La debilidad de los sindicatos, excepto en el transporte, más la presencia de la mano de obra haitiana pueden explicar que los salarios no aumenten paralelamente con la productividad. Además, el gran exceso de mano de obra en el sector público explica porqué no deben aumentar los salarios en ese sector.
El propio reporte explica cómo el gasto en el sector público es regresivo, es decir con un efecto redistributivo negativo, ayudando más a los ricos y a la clase media y no a los pobres, y como también es regresivo el régimen tributario, concentrado en gravámenes indirectos a los pobres con el ITBIS y los aranceles, y no gravando suficiente a los ricos a través de impuestos directos a la propiedad y la renta.
Familiar también caracteriza como regresivo el subsidio eléctrico y las exoneraciones bajo el llamado “gasto tributario”. Define al sector eléctrico como una carga fiscal y también como la principal traba para hacer negocios. Mientras en nuestro país un 32% de la población no paga la luz en un El Salvador afectado por muchos años por guerras civiles, apenas un 12% no paga y un 16% en Guatemala.
El Presidente Medina ha nombrado a Magín Díaz para que aumente los ingresos tributarios, pero sin reforma tributaria. Su margen de maniobra es consecuentemente reducido. Si fuese nombrado administrador de las tres Edes, Edenorte, Edesur y EdeEste, Magín Díaz recaudaría mucho más que lo que valientemente hace hoy día en Impuestos Internos.
El reporte del Banco Mundial evidencia cómo la tasa de pobreza moderada urbana en nuestro país no ha logrado los niveles previos al desastre de Baninter que provocó gran inflación. También pide un mayor encadenamiento de las zonas francas con el resto de la economía, logrando que adquieran insumos locales y vendan al mercado local.
Finalmente explica que la proporción de pobres entre nosotros ha caído menos que en América Latina y el Caribe y que la clase media ha crecido menos que en esa zona.
En fin, un recetario redistributivo bien alejado de lo que eran antes las propuestas del Banco Mundial. Hagámosle caso, por sus implicaciones políticas, económicas y sociales.

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