Cleveland Indians starting pitcher Danny Salazar delivers during the first inning of the team's baseball game against the Chicago White Sox on Friday, July 28, 2017, in Chicago. (AP Photo/Charles Rex Arbogast)
Cuando el lanzador de Grandes Ligas Danny Salazar se sometió a cirugía de su hombro este año, pensó que el proceso de recuperación duraría tres meses, por lo cual puso en agenda lanzar, posiblemente toda la temporada invernal 2018-19, con el que llama “el mejor equipo”, sus Tigres del Licey. Pero cuando su médico le dijo que tardaría seis meses, se esfumaron los planes: simplemente no puede.
De visita en el país después de dos años de ausencia -excepto cuatro días de 2017- para ahora seguir de cerca el proceso de construcción “de la casa soñada de mi madre”, el diestro de los Indios de Cleveland afirma sentirse bien físicamente, pero con su hombre operado débil, por lo que descarta lanzar siquiera dos innings, aun si el Licey pasara a la final. “Para ser sincero, no puedo”, zanjó.
“Ahora es que me estoy fortaleciendo, empecé a lanzar por primera vez después de la cirugía a principios de este mes (diciembre) y ahora voy lanzando por 75 pies”, indica Salazar.
Explica que un lanzador que esté sano, para jugar en Grandes Ligas debe tomarse dos meses de preparación, pero que viene de una cirugía con ocho meses sin lanzar y aunque se siente bien, “los músculos de mi hombre siguen débiles y me canso pronto”.