La Organización Panamericana de la Salud se reunió del 28 de septiembre al 2 de octubre de 2015 en la ciudad de Washington, capital de los Estados Unidos, para celebrar su 67va. sesión del Comité Regional de la Organización Mundial de la Salud. En la apertura del programa correspondió a la República Dominicana presidir el 54 Consejo Directivo, cargo que traspasaría a la República de El Salvador. Tuve el honor de conducir la ceremonia inaugural en representación de la ministra de Salud, doctora Altagracia Guzmán Marcelino, presidenta saliente de dicho Consejo. Durante toda una semana se estuvieron analizando los logros y fallas en los objetivos programados para el periodo 2014-2015, conjuntamente con la búsqueda de consenso para la agenda 2016-2017. Resultó una muy enriquecedora experiencia participar de los debates de la problemática sanitaria latinoamericana y caribeña. Pudimos notar que existen muchos males similares que afectan a nuestras naciones; así como lo beneficioso que para los pueblos resulta la elaboración de una propuesta común para la región.

Entre los temas de relevancia debatidos podemos mencionar el de la salud en las personas mayores, la demencia, el alcoholismo, el maltrato infantil y la violencia contra la mujer. Mucho énfasis se puso en la seguridad vial, las mortalidades materna e infantil, conjuntamente con las enfermedades crónicas como son la hipertensión arterial y la diabetes. Se evaluó la obesidad y su relación a dietas no saludables, pobres en vegetales y frutas, aunada a un alto contenido de grasas y azúcares refinados.

Fue muy interesante la disertación del presidente de la República de Honduras, Juan Orlando Hernández, quien con su peculiar estilo habló sobre su campaña de cambiar la leña y el fogón por la estufa en la cocina hondureña. Igualmente mostró con videos la iniciativa de los ejercicios físicos para toda la población.

La tuberculosis, vista como una enfermedad social, hija de la pobreza, y ahora en matrimonio con el Síndrome de la Inmunodeficiencia Adquirida fue ampliamente discutida. El aumento de las infecciones resistentes a los agentes antimicrobianos se analizó de manera detallada. El Dengue, la Chikungunya y la Malaria ocuparon la atención de la asamblea, señalándose la importancia del control de vectores, así como la investigación e introducción de vacunas para la inmunización de la población vulnerable. La salud y la seguridad de los trabajadores fue objeto de análisis y compromiso sanitario.

En nuestra intervención inaugural expresamos: “Grandes son los retos que tenemos por delante en la Agenda Sanitaria acordada. Resaltamos temas recurrentes de ayer y de hoy, tales como el Dengue en las Américas, la violencia contra la mujer e intrafamiliar, la demencia en las personas mayores, la seguridad vial y las inmunizaciones, entre otras; sin olvidar los dañinos efectos del cambio climático. La pobreza con sus nefastas consecuencias nos obliga a unirnos para enfrentar la compleja problemática sanitaria de las Américas. Juntos podemos mejorar la calidad de la salud y la longevidad de nuestros pueblos”.

La designación del país como miembro del Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud para la 69va. Asamblea Mundial es una oportunidad que debemos saber aprovechar. Reforcemos los programas sanitarios con el apoyo internacional, facilitando una mejora en la calidad de los servicios de salud, ampliando los mismos para que lleguen a las familias humildes de cada rincón de la nación.