El ministerio de Salud Pública es uno de los descuidos del presidente Danilo Medina como acontece con Agricultura, asignando al Presupuesto 2015 al primero RD$55,200 millones y al segundo RD$11 mil millones, mientras a Educación asigna RD$110 mil millones.

En un país subdesarrollado resulta un contrasentido y un rechazo palmario de la sociedad que a los institutos armados se asignen más de RD$15 mil millones, unos RD$4 mil millones más que a Agricultura, analizando cuáles son los servicios que reditúan en los intereses del país, la preservación de la soberanía nacional y el control de la frontera que realizan las llamadas Fuerzas de Defensa cuando en el país hay más de dos millones de haitianos indocumentados y la frontera es un colador, y no de café.

La sustitución dispuesta por el Danilo Medina del doctor Freddy Hidalgo por la doctora Altagracia Guzmán Marcelino de Sánchez podría resolver en gran parte la crisis de quirófano que afecta al sector, pero el quid de la superación radica en apropiar los recursos a los centros públicos de salud, en el momento preciso, con los equipos necesarios y funcionando.

Esa última deficiencia por carencia de recursos ocasionó la muerte de once niños, sin ventilarse cuántos por motivos análogos perdieron la vida, como tampoco se denuncia cuántos mueren en hospitales provinciales por esas carencias que pueden superarse con pequeñas y oportunas inversiones.

La doctora Guzmán Marcelino, Tatá, como la llaman familiares y amigos cercanos, es primero una dama de temple, valor, coraje, honestidad meridiana, eficiencia demostrada en Senasa, que hará lo encomendado por el presidente Medina.

Su atuendo regular es pantalones, un subliminal de que muchos que lo usan, no los honran, como ella.