Santiago empuja su propio avance

Santiago empuja su propio avance

Los santiagueros pueden decir con orgullo que tienen a la mano los insumos necesarios para crecer. Entre ellos abundan hombres y mujeres con vocación de liderazgo, que identifican potencialidades, debilidades y retos de la demarcación, saben hacia dónde quieren llevar la ciudad y el municipio, y que planifican sobre esa base cada nuevo paso hacia sus objetivos. Una comunidad que aporta al fisco RD$5,400 millones por año tiene que ser muy laboriosa, privilegiada en recursos naturales y, desde luego, merecedora de bienestar.
Empoderado de la causa desarrollista, el Consejo para el Desarrollo Estratégico de la Ciudad y el Municipio de Santiago, plantea la necesidad de que el Estado invierta más en obras, amplíe la zona franca industrial para atraer nuevas inversiones en ese ámbito y adecuar el puerto de Manzanillo para generar más dinámica económica y plazas de trabajo. Pero no esperan que el Gobierno lo haga todo. Ellos mismos han trabajado para hacer más funcionales algunos servicios públicos esenciales. El rescate del Yaque del Norte es parte de los retos.
En el almuerzo semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio, los directivos del Consejo han expuesto iniciativas verdaderamente desarrollistas, dignas de ser imitadas por otras demarcaciones. La voluntad de estos santiagueros es una garantía del éxito de los planes y el alcance de las metas.

Bachillerato con muchas lagunas

Las deficiencias en la formación de nuestros estudiantes se manifiestan en cada oportunidad que se pretende medir capacidad. El Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología sometió a prueba de orientación y aptitud académica a 30,257 bachilleres, pero apenas 1,276 (algo así como un 4.2%) las aprobaron. El propósito era habilitarlos para cursar la carrera docente, como parte del programa de mejora curricular de los profesores. El resultado de esta prueba habla muy mal de la calidad de nuestros bachilleres, y eso, sin duda, es un lastre que se proyecta hacia las carreras universitarias.
Hay que reforzar la calidad de la enseñanza desde los niveles elementales hasta el bachillerato, pero también las universidades deben mejorar sustancialmente el pénsum para los futuros profesores.

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