Santo Domingo, un culto al caos

Santo Domingo, un culto al caos

A los 518 años de haber sido fundada, la ciudad de Santo Domingo exhibe los efectos de un progreso caótico, resultante de la falta de autoridad. Ha crecido sin la tutela de un plan maestro que organizara su trazado y expansión y que facilitara el desarrollo de los servicios elementales. Con sus rasgos de atraso estructural, la ciudad ha llegado a estos tiempos exhibiendo avance en modernidad arquitectónica, pero atrasos en lo que concierne a la administración de facilidades de circulación

Cada gestión administrativa ha hecho en Santo Domingo aportes inconexos, sin vinculación con los de anteriores gestiones y sin planificación para el porvenir. El resultado es un conjunto de segmentos de progreso que no llegan a consumar un todo. Por esta razón se multiplican las dificultades a la hora de estructurar los servicios elementales como agua potable, energía eléctrica y transporte.

Debido a ese caos, Santo Domingo ha llegado a ser una ciudad cuyo desempeño está dominado por una relación costo/eficiencia que deja mucho que desear. Para colmo, el crecimiento vertical de la ciudad llegó con retraso y está concentrado en los reductos de menos densidad demográfica y sin vocación de adentrarse en los barrios superpoblados. Tenemos, pues, una ciudad vieja en la que la modernidad trata de abrirse paso.

Tránsito y transporte

La modernización del transporte y organización del tránsito han sido temas invocados en estos días como parte de las prioridades oficiales. Se plantea la renovación de la flota vehicular con énfasis hacia la colectivización, como medio de mejorar el servicio y abaratar sus costos. A esto hay que sumar la expansión del Metro de Santo Domingo y la construcción del teleférico. El impuesto de dos pesos por galón aplicado desde hace varios años a la gasolina es la fuente de una parte de los fondos a invertir.

Un aporte importante sería aumentar la flota de autobuses bajo control del Gobierno a través de la OMSA y garantizar su buen mantenimiento. Y evitar repetir experiencias pasadas con planes como el llamado Renove. Por lo demás, bienvenido todo lo que aporte soluciones para este servicio esencial.

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