¿Se atreverá el Danilismo?

¿Se atreverá el Danilismo?

Millizen Uribe

Danilo Medina llegó al poder formal en agosto 2012. Antes había manejado cuotas como dirigente del PLD, legislador y secretario de la Presidencia del gobierno de Leonel Fernández. En su vida política se advierten dos fracasos importantes: En el 2000 frente a Hipólito Mejía, por la Presidencia, y en el 2007 contra Leonel, por la candidatura morada. “Me venció el Estado”, dijo Danilo, irónicamente, de eso se le acusó a él frente a Jaime David Fernández, en la contienda interna del 2000.
Después de alejarse del foco político sin hacer oposición interna, como es usanza, en el 2012 Danilo emergió vigoroso y renovado. Con el marketing y la comunicación debajo del brazo, vendió imagen humilde y cercana al pueblo, distanciándose del estilo leonelista.
A partir de ahí se hizo público el Danilismo, corriente política incubada discretamente por años en el PLD. Estructurada, estratégica y decidida a mantenerse en el poder, aniquiló el leonelismo en elecciones del Comité Central, de ratificación candidatura presidencial en el Comité Político, y, por ejemplo, en el actual certamen electoral en el que resultados preliminares revelan debilitamiento de corriente leonelista en el Senado.
Ahora el Danilismo lo tiene todo. Tiene cinco poderes: Ejecutivo, Legislativo, Judicial (con mayoría congresual puede imponer sus jueces favoritos en Altas Cortes), Prensa y Ciudadanos, incluyendo cúpulas empresariales y religiosas (hay excepciones).
Conquistó los tres primeros por la vía política. Los restantes mediante la promesa de orden que, en el marco del caos social e institucional, beneficia el status quo empresarial y religioso. El del pueblo por el boroneo en importantes políticas sociales como jornada escolar extendida, aumento beneficiarios del Senasa y gestos como las visitas sorpresas. El de la Prensa invirtiendo, gracias a su afán mercadológico, en publicidad, bocinas e interactivos.
Se puede y se debe cuestionar la forma en la que el Danilismo se ha alzado con todo. Su meta en estas elecciones era un alto porcentaje para legitimizarse. Pero es mentira que la legitimidad la determine un número en sí. Sacó más del 60% ,pero aunque tuviera 99%, el uso de recursos del Estado, organismos electorales parcializados e irregularides electorales denunciadas por observadores de la OEA, Participación Ciudadana y UNIORE, le restan legitimidad.
No obstante, hay muchas personas que le creen. No es verdad que todo el que votó por Danilo es porque lo compraron.
De ahí que al día de hoy, repito, el Danilismo lo tiene todo. La pregunta ahora es ¿Qué hará con todo el Poder? Por años ha prometido una revolución social pacífica. ¿Cumplirá ahora esta promesa o repetirá la fábula del tiburón podrido?
Si así lo hiciere, Dios proteja y bendiga al Danilismo, y si no, se lo tome en cuenta y este pueblo le castigue el perjurio y la traición, si incumple.

Millizen Uribe

Millizen Uribe

Periodista. Editora del Periódico HOY Digital

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