Aunque muchos son los que celebran la salida del gobierno de “Los Vincho” y demás funcionarios de la FNP, hasta que no abandonen el Bloque Progresista no deberían cantar victoria. Porque hasta que eso no ocurra, el divorcio, por así decirlo, no estará consumado, aunque debamos reconocer que ha sido una forma elegante, aderezada con el dramatismo y la truculencia que tan bien se le dan al doctor Vincho Castillo, de salir de un gobierno en el que hace tiempo no se sienten cómodos. Con la ventaja adicional de que al hacerlo en estos momentos, en el que se presentan como guardianes de la Constitución amenazada por los aprestos reeleccionistas, sirven a la causa del expresidente Leonel Fernández, a quien consideran –y no lo disimulan– su verdadero aliado. ¿Es bueno o malo para el gobierno que abandonen el barco? Si hiciéramos una encuesta la mayoría de los consultados opinaría que el gobierno sale ganando, como quedó evidenciado en las redes sociales desde que se produjo el anuncio. Y si le preguntan a un servidor me limitaría a decir que Los Vincho han hecho, aunque ese no haya sido su propósito, un ejercicio de honestidad, pues no es decente, ni políticamente correcto, hacerle oposición al mismo gobierno del que se han estado beneficiando, junto a su escasa militancia, desde hace más de una década.

Qué buen chiste.- Si no está de humor no se ría, pero no podrá negar que el chiste es bueno: el Contralor General de la República, Rafael Antonio Germosén, dio ayer garantías de que los recursos del Estado no serán utilizados en la compra de votos de legisladores para lograr la reforma de la Constitución y restablecer la reelección presidencial. No obstante ser ese tan buen chiste, sería definitivamente superado si algún funcionario de la DGII también se pasa de contento y se atreve a decir que le cobrarán impuestos al hombre del maletín.