República Dominicana debe diversificar la agricultura hacia cultivos más resistentes a las temperaturas más altas, así como hacia aquellos que hacen un mejor uso del recurso agua, incluyendo nuevas variedades de cultivos existentes.
Así lo afirma la investigación “Impacto del cambio climático en el subsector agrícola de la República Dominicana durante el período 1980-2013”, de la Escuela de Economía de Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), que recomienda administrar mejor el recurso agua y empezar a migrar hacia métodos de riego más eficientes, al tiempo que se fortalezcan los mecanismos actuales (como las juntas de regantes).
La investigación, elaborada por Ferlisa Báez Mejía y José Tavares García, resalta que el sector agropecuario, y en particular el subsector agrícola, son altamente sensibles al cambio climático, y los cambios extremos en el comportamiento del clima pueden afectar negativamente los rendimientos de los cultivos, lo que generaría efectos potenciales a la economía nacional, tales como: • Disminución del empleo y estancamiento del crecimiento y desarrollo rural; • Desaceleración del Producto Interno Bruto Agropecuario (PIBA) y • Choques en el sector externo por el aumento de las importaciones y disminución de las exportaciones agrícolas.
La investigación de la UASD señala con respecto a la adaptación, que aunque el país cuenta con suficientes instrumentos normativos, tanto legales como técnicos, para incrementar su capacidad de adaptación ante el cambio climático, es preciso incrementar la coordinación interinstitucional entre los diferentes organismos a cargo del tema, fortalecer la aplicación de las normas existentes respecto a conservación ambiental, fortalecer los profesionales del área para que se puedan llevar a cabo investigaciones desde la perspectiva nacional, entre otras.
El estudio revela que las mayores emisiones de la agricultura provienen del uso de fertilizantes (especialmente aquellos basados en nitrógeno) y de metano, este último se produce en su mayoría a raíz de la siembra en suelos innundados (como ocurre con el arroz, el cual representa más de un 25% de la superficie cosechada).
Indica el estudio que partiendo de esa realidad es posible ver que el camino hacia la mitigación en el sector agrícola es cuesta arriba, “sin embargo es posible dar pequeños pasos hacia la disminución de las emisiones del sector a partir de un riego controlado, con aplicación de nuevas tecnologías en fertilizantes y con el uso de energía renovables