Sector informal: de cenicienta a una gran señora

Sector informal: de cenicienta a una gran señora

Cuando escuchaba los anuncios me daban deseos de llorar. Oír cómo la informalidad dolía y lastimaba a los más pobres era tan sobrecogedor que casi logró que el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) me convenciera de que había que hacer el sacrificio de lograr que todos estén en la formalidad.

Pese a ello, tenía una espina clavada en la razón: ¿por qué, si la formalidad es la cura de los males del bolsillo, cada vez más gente deja su empleo formal para dedicarse a algún oficio? ¿Será, acaso, por el bajo nivel salarial? ¡Bingo!

El martes pasado el Banco Central lo confirmó: ¡sólo los gerentes/administradores y profesionales e intelectuales, que son el 12% de los empleados formales, ganan más dinero que los informales!

Pero en la informalidad, contrario a lo que ha postulado el Conep, no sólo se gana más: se trabaja menos horas. Por tanto, en términos reales, el salario es aún mayor.

Otro punto a resaltar es que, aunque el empleo formal ofrece mayor seguridad, no permite la movilidad social. ¿La muestra? Al cierre del 2013 el ingreso real promedio de los trabajadores dominicanos era prácticamente igual al de 1991, pese a que la productividad ha aumentado un 82.5% en esos 22 años.

También llama la atención que, al cierre del 2013, todos los salarios mínimos reales resultan ser menores a los vigentes en el año 1979.

El informe del Banco Central es amplio. En cada párrafo nos dice que los “sobrecostos salariales” de las empresas no existen. También que el sector informal, ese que veíamos como a una cenicienta, al final es la gran señora.

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