Sectores de la periferia de la Nueva Barquita, en Santo Domingo Norte (SDN) deploran que el Gobierno los ignore, mientras gasta sumas multimillonarias en ese proyecto habitacional, a pesar de los compromisos del propio presidente Danilo Medina.
Los bloques de juntas de vecinos del Edén, Brisa del Ozama y La Javilla citan entre los males el deplorable estado de las calles, la crisis energética, falta de empleos, entre otros.
Ramona Ruiz, secretaria general del Bloque de Juntas de Vecinos del Edén y zonas aledañas, afirmó que el propio presidente Danilo Medina prometió que las calles de al menos 12 sectores serían asfaltadas, pero hasta ahora no se ha movido un solo aparato con esos fines.
Entre los sectores que reclaman la intervención del Gobierno citó El Edén, Villa del Edén, Colina II y III, Riovisa, Alto de Chavón, Gissel, Alto del Edén, Ceuta Abajo, entre otros.
Dice que el mandatario hizo el compromiso de asfaltar las vías cuando acudió a la zona a inaugurar la Escuela profesor Juan Bosch, el año pasado.
Ruiz, secretaria general del Bloque de Juntas de Vecinos, de 21 sectores, considera una burla de las autoridades invertir cientos de millones en La Nueva Barquita y dejar en el abandono a los sectores de la periferia.
De su lado, Agustín José, presidente de la Junta de Vecinos de Brisa del Ozama, apela a la sensatez del presidente Medina para que las calles del sector sean reconstruidas y asfaltadas.
Define como una injusticia que son los vecinos más cerca del proyecto La Nueva Barquita, y sus calles sigan como caminos vecinales, como si quienes habitan en la zona no tuvieran el mismo derecho que los habitantes del nuevo proyecto habitacional.
Considera como una burla que mientras en La Nueva Barquita cuentan con energía eléctrica las 24 horas, quienes habitan Brisa del Ozama, apenas cuentan con el servicio dos días a la semana.
Expresó que los niños del lugar salen en horas de la tarde a contemplar La Nueva Barquita y regresan para acostarse, deslumbrado por la claridad de sus vecinos, lo que define como una inequidad.
Define como inequidad que mientras el nuevo hábitat cuenta con cancha deportiva, campo para jugar pelota, iglesias y otras facilidades, los vecinos no dispongan de esas facilidades.
Dijo que lo peor es que a ninguno de los hombres y mujeres de Brisa del Ozama se les facilitó empleo en La Barquita, a pesar de las solicitudes para esos fines.
El comunitario Además, deplora que las escuelas que se construyen en la zona sean entregadas a congregaciones religiosas, quienes prefieren traer a niños de otros sectores, mientras “los de la casa” quedan fuera de las aulas, por ese privilegio.