Seguridad como concepto integral

Seguridad como concepto  integral

La Procuraduría General de la República exhibe con optimismo estadísticas que dan cuenta de que en el 2014 se produjeron en el país 213 muertes violentas menos que en el 2013. Según los datos, la tasa de decesos por esa causa ha sido la más baja desde el año 2004, y entre los factores influyentes se cita la puesta en operación del Sistema Nacional de Emergencias 9-1-1, desde el 30 de mayo pasado. Sin embargo, esa es solo una de las aristas del problema de seguridad ciudadana que padecemos.

En materia de seguridad ciudadana, hay que considerar aspectos como la creciente tendencia hacia la participación e involucramiento de policías, militares y autoridades civiles en acciones delictivas, incluyendo sustracción y negociado de drogas, homicidios por encargo y cobro compulsivo por medios ilícitos. Están como ejemplo de esta tendencia preocupante varios casos puestos en manos de la justicia.

Si bien el 9-1-1 ha contribuido a reducir las muertes violentas, entre otras cosas por su efecto preventivo, hay que observar notables fallas en los filtros para reclutamiento y supervisión del personal que sirve en áreas sensibles. Esas fallas incluyen la reincorporación a filas policiales de agentes que habían sido cancelados por faltas conductuales. La seguridad es un concepto integrado por múltiples factores, y las muertes violentas son solo uno de ellos.

UNA LAMENTABLE FALLA DE CALCULO

Un país en el que 26% de los jóvenes ni trabajan ni estudian (forman parte de la Generación Ni-Ni) no puede darse el lujo de obstaculizar el esfuerzo de superación de miles de personas que cursan carrera universitaria. Sin embargo, esa situación se está dando con una buena parte de los 19,000 estudiantes de la Facultad de Humanidades de la UASD, que por una falla de cálculo o coordinación de las autoridades de esa academia, han quedado en el limbo, sin espacio físico para recibir clases.
Las autoridades de la UASD, antes de embarcarse en una remodelación de infraestructura, debieron habilitar los espacios necesarios para evitar una dislocación como la que está afectando a miles de los estudiantes de Humanidades. Se ha cometido una grave falta de coordinación y previsión, que tiene que ser corregida cuanto antes.

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