Semblanza del empresario José Luis Corripio
leída por Miguel Phipps

Semblanza del empresario José Luis Corripio<BR>leída por Miguel Phipps

San Pedro de Macorís
19 de octubre de 2007
Señor
Dr. José E. Hazim Frappier
Presidente del Consejo Superior
Universitario y Rector

Señor
José Luis Corripio Estrada
Prominente Empresario
Señores Vice-Rectores
Señores Decanos y Directores de Departamentos
Señores Invitados Especiales
Queridos Graduandos

Señoras, señores:

Dignifica y enaltece este augusto paraninfo de la Universidad Central del Este, el empresario más prominente y filántropo con que cuenta hoy la República Dominicana.

 Tenemos en este solemne acto de la Nonagésima Sexta investidura de la UCE a un dominicano de excepción; a un visionario de las potencialidades del país y también de sus problemas; maestro de noble y generosa amplitud en sus preocupaciones; distinguido siempre por su permanente e infatigable vocación de ser conciencia y luz de soluciones. Tenemos aquí a don Pepín Corripio.

 José Luis Corripio Estrada (Pepín) nació en Asturias, España, el 12 de marzo de 1934, en el seno de una familia de horizontes abiertos. Con apenas 4 años de edad puso en su pie de niño pueblerino la aventurera sandalia del inmigrante. A muy temprana edad aprendió el valor del trabajo, los sacrificios que los seres humanos con menos recursos atraviesan para ganarse el sustento, y la bondad e importancia de la naturaleza en la vida del hombre.

 Don Pepín  crece en una familia unida, apegada al cariño, la formación y el ejemplo. Realizó  estudios primarios y de bachillerato en el Colegio Dominicano de La Salle, donde se distinguió por su aplicación y méritos académicos, así como por la aptitud para la  comunicación. En ese centro de estudios, dirigió el Club de Oratoria  y la Academia Literaria Cervantes. Esta vocación comunicativa se ha mantenido como norte magnético de su carácter abierto al diálogo y al intercambio de ideas y experiencias con los más diversos sectores e individualidades de la colectividad nacional.

 Sus estudios de contabilidad, en la Escuela de Peritos Contadores, y los de derecho, en la Universidad de Santo Domingo, le permitieron ser el continuador de la obra de sus padres: don Manuel y doña Sara. Pepín ya a los 15 años había dado prueba  de su preparación empresarial durante un viaje de sus progenitores a España, al regentar éxitosamente el negocio de la familia durante ese período. Desde muy joven mostró señales de su aptitud excepcional para la actividad comercial, debido a su gran capacidad de negociación y su fina intuición para prever la dirección de los cambios locales e internacionales, así como la conveniencia o perjuicio que puede derivarse de una transacción.

La trayectoria de don Pepín Corripio, pues, ha sido el mejor ejemplo de tributo al trabajo incansable, desde la época en que estaba con su padre, don Manuel Corripio, realizando jornadas de hasta 14 o más horas diarias, y gran parte del horario dominical. Pepín aprovechaba los momentos de descanso para conversar con sus procreadores, y aprender de don Manuel y doña Sara los secretos y experiencias del negocio que, como Pepín mismo ha confesado, constituyeron su mejor escuela de formación empresarial.

 A esa herencia invaluable, don Pepín une su organización personal meticulosa, la disciplina en todos los órdenes de su actividad cotidiana, y esa capacidad poco frecuente de darle importancia a todos los detalles, a todas las personas que trabajan en sus empresas, cualidad que ha constituido uno de los puntales de su éxito profesional. Pepín es un  hombre sencillo y afable, de un vigoroso carácter que apela siempre a la persuasión con sus interlocutores.

Teniendo la familia como prioridad, don Pepín tiene la dicha de contraer matrimonio con Ana María Alonso, una compañera ejemplar, con quien procreó a Manuel, Lucía, José Alfredo y Ana Corripio Alonso, en cuyas formaciones personales ha tenido una fundamental importancia su esposa. Esta nueva generación de profesionales, ha sabido incorporarse al grupo de empresas familiares, y les han hecho abuelos de quince nietos. De ese modo, familia y empresa constituyen los ejes básicos en torno a los cuales giran los esfuerzos y propósitos de don Pepín Corripio, quien se ha convertido en un prominente empresario y padre de familia ideal, que ha sabido inculcar en sus descendientes, tanto los valores morales, como la dedicación y el conocimiento al trabajo.

El grupo Corripio, que nació de la semilla sembrada por don Manuel Corripio y doña Sara, y continuado con buen tino, firmeza y éxito por su hijo Pepín, está formado por 4 grandes áreas: comercio, industria, automotriz  y medios de comunicación. El grupo Corripio cubre, por así decirlo, las áreas medulares de la actividad económica Nacional.

Este grupo de empresas unidas por el hilo conductor de una administración coherente en sus objetivos y metas, y con gran sentido de la realidad socioeconómica internacional, se ha convertido en uno de los conjuntos empresariales más notable y prósperos del país, dando trabajo a más de 8,000 personas.

Si algo caracteriza a las empresas del grupo Corripio es, por un lado su interés por llegar a todos los sectores de la sociedad mediante productos y servicios diversos de calidad: juguetes, electrodomésticos, periódicos, televisión y radio; pinturas y esmaltes, impresos y libros, automóviles, entre otros; y,  por otro lado, un estilo personal de conducción, que otorga importancia a cada uno de los profesionales y empleados que trabajan para las empresas garantizándoles estabilidad laboral y beneficios. A esto se une el esfuerzo de modernización que se evidencia en las modificaciones estructurales y tecnológicas que de continuo se realiza a lo interno de la organización.

De acuerdo con las palabras del mismo don Pepín: “Lo logrado hasta ahora no hubiese sido posible sin la invaluable colaboración y esfuerzo de todo el personal ejecutivo y subalterno que labora en las empresas y que constituye, conjuntamente con sus cuatro hijos, la garantía de un futuro relevo exitoso, tal como aconteció en su caso con relación a  sus progenitores”.

Como parte de la proyección institucional del grupo Corripio, cabe mencionar su contribución al desarrollo cultural del país a través de la Fundación Corripio, Inc., que publica la más completa colección de obras de autores nacionales, desde la colonia hasta nuestros días, a través de su Biblioteca de Clásicos Dominicanos, y la realización de diversas actividades que incluyen: conferencias, recitales, presentaciones de artistas y escritores; igualmente el otorgamiento del Premio Nacional de Literatura, que se confiere a un autor cada año por la realización de la obra de toda una vida.

La fundación Corripio ha convocado, recientemente, con la intención de incentivar la investigación, elevar el arte y la cultura, algo histórico en el país,  a los premios anuales de Ciencias Sociales, Ciencias Naturales y de la Salud, Arte y en Comunicación, con la dotación de un millón de pesos cada uno. 

Don Pepín constituye la Plaza del Inmigrante, haciéndole honor a la frase de James Fenton, que reza: “De aquí ha venido y lo he rebasado todo. Una persona debe respetar lo que ha sido. Este es mi pasado, el cual no rechazare”.

En reconocimiento a su reputación de empresario dinámico, honrado y su aporte a la cultura, don Pepín Corripio ha merecido importantes distinciones y condecoraciones nacionales e internacionales, entre las que se destacan:

 Gran Cruz de la Orden de Cristóbal Colón (República Dominicana)
 Gran Cruz de la Orden del Mérito (España)
 Orden de la Estrella Brillante con Gran Cordón (Rep. China-Taiwan) 
 Orden del Mérito del Gobierno Francés en el Grado de Caballero.

 Hoy, la Universidad Central del Este se honra al otorgarle a José Luis Corripio Estrada (Don Pepín), por su inclinación a pensar en grande, el Doctor Honoris Causa,  en el área de ciencias administrativas.

Y, para concluir, este inolvidable momento en el que dejamos a nuestro prominente empresario en la cúspide académica, quiero expresarle de manera personal a don Pepín Corripio que su espíritu de trabajo y proyecciones no se perderán jamás, ya que sus hijos y los que hemos tenido la suerte de conocerle y de apreciar sus excelsas cualidades, sabremos seguir sus prédicas y nos inspiraremos siempre en su ejemplo.

Muchas gracias

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