Para muchos matrimonios, la culminación de su relación sucede una vez firmados los documentos del divorcio, o bien cuando uno de los miembros de la pareja decide irse del hogar.
Sin embargo, no siempre acontece de este modo, sino que la pareja sufre un divorcio emocional mucho antes de que ocurra el divorcio legal.
El portal siquiatriaexplicada.com describe esta situación como el proceso en el que una persona comienza a desconectarse emocionalmente de su pareja mientras todavía se encuentra en la relación.
“Puede ser que la relación se haya enfriado. Puede ser que la insensibilidad de la pareja haya matado la emoción. También por abuso. O puede ser simplemente que con el tiempo las dos personas se desarrollaron por rutas de vida distintas. No importa la razón, la persona comienza a sentir menos por su pareja. Comienza a tener una indiferencia por la persona. Y al momento del divorcio ya no existe mucha emoción”, detalla el portal.
Además, el sitio web psicoclínica explica que este divorcio emocional no viene de la noche a la mañana, más bien se va gestando a lo largo del matrimonio.
Algunas de las acciones que pueden dar traste al divorcio emocional son: En un primer lugar, las parejas comienzan con provocaciones mutuas, con trato y vocabulario hostil y episodios de gritos y de abuso físico o verbal.
Otras de las señales que indican un inminente divorcio emocional o psicológico es que las relaciones sexuales empieza a mermar considerablemente; así mismo, se suelen traer los conflictos del pasado a colación durante las discusiones y se hieren los sentimientos del otro, causando esto un distanciamiento.
¿Que hacer? “Generalmente cuando una pareja está en la disyuntiva de saber si vale la pena seguir juntos, dentro de la terapia es importante conocer ¿por qué? y ¿para qué? continuar con una relación de pareja. Si la pareja ha llegado a este punto es probable que la esencia del convivir se haya desviado o simplemente nunca la hayan considerado”, se detalla en el portal de psicología psicoactiva.com.
Este mismo sitio establece además que crecer junto con el ser amado, respetar las diferencias, continuar con una relación de compromiso, evolucionar hacia el mismo objetivo, deben ser los pilares de cualquier relación de pareja. Cuando uno o ambos de los miembros de la pareja se encuentra en caminos diferentes es muy difícil volver a sincronizar la relación, a menos que ambos estén dispuestos a trabajar unidos, explica este mismo portal.