El trabajo hecho para concebir la Constitución estrenada el 26 de enero de 2010tt creó la noción de que estábamos dando el paso decisivo para resistir la tentación de modificarla por capricho o ambición de poder. Sin embargo, el amago de crisis surgido en el PLD con la reelección presidencial como manzana de discordia, demuestra que la institucionalidad del país estará siempre a merced del deseo de los políticos por ganar o conservar posiciones clave.

La mayoría de las modificaciones constitucionales que ha vivido el país desde el siglo pasado han obedecido al afán de repartir y consolidar cuotas de poder político. Antes de la cirugía que está en marcha, la Constitución de 2010 estuvo en el quirófano -en el 2012- para reimplantarle el extirpado órgano de la reelección. Y aunque estaba identificado el bajadero que facilitaría el reimplante, se desistió de la operación y todo se transformó en un acto político en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.

No está a la vista el momento en que los políticos del patio resistan la tentación de modificar a su antojo la Constitución de la República. Ninguno parece reparar en los perjuicios que esta práctica ocasiona a la institucionalidad del país y cómo erosiona la solidez que debe caracterizar en todo momento nuestras garantías jurídicas ante el conglomerado internacional. Quisiéramos pensar que esta vez será la vencida.

A 54 años del tiranicidio

A 54 años del ajusticiamiento del tirano Rafael Leónidas Trujillo, es decepcionante el desconocimiento entre nuestros estudiantes de la historia de esa etapa de la vida del país, caracterizada por la represión y el crimen político, la supresión de las libertades públicas y el saqueo de las riquezas del Estado. En ese aspecto somos autores de una omisión que pocos países cometerían. También es notorio el poco esfuerzo por esclarecer aspectos oscuros de esa etapa y que comprometen responsabilidades en crímenes y latrocinio.
Los pueblos tienen absoluto derecho de conocer con lujo de detalles su propia historia. Nuestra escuela debe instruir a los estudiantes con mayor énfasis y detalle acerca de las características de aquel régimen nefasto y de las causas que condujeron al país hacia una época de tanto oscurantismo.