El 29 de julio el dominicano Vladimir Guerrero se convertirá en el tercer dominicano que es exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown.
Guerrero se une a Juan Marichal y a Pedro Martínez como los otros dos que han sido inmortalizados en el museo del pequeño pueblo del estado de Nueva York.
Y para Guerrero será un día emotivo, pues es el broche de oro para una carrera que lo llevó a batear .318 de por vida, con 449 cuadrangulares, 1496 remolcadas y 2590 imparables en una carrera de 16 años que lo llevó por Montreal, Anaheim, Texas y Baltimore.
Para la jornada en Cooperstown, Guerrero ya tiene parte de su discurso escrito y se siente inspirado porque será en un día representativo en la República Dominicana.
“Es el día del padre aquí en el país y yo lo voy a celebrar con la exaltación al Salón de la Fama de Cooperstown”, dijo Guerrero en una visita especial al Periódico Hoy junto a su Director de Comunicación Virgilio Rojo y algunos familiares y amigos.
En la actividad estuvieron presentes, además, el director de El Día, José Monegro; el subdirector del Hoy, Nelson Marrero; el administrador de Hoy, El Nacional y El Día, Juan Carlos Camino; así como periodistas de los tres medios.
Como inmortales, Marichal y Martínez estarán sentados detrás de Guerrero durante la ceremonia, pero el Jugador Más Valioso de la Liga Americana en la temporada del 2004 espera contar con la presencia de un hombre que influyó mucho en el inicio de su carrera: Felipe Alou.
“Yo espero poder llevarlo a que esté conmigo. Felipe me dio la primera oportunidad de jugar en Grandes Ligas y también me dio muchos consejos por lo que yo espero que él pueda estar conmigo en ese día tan especial”, agregó el hombre que se quedó a 51 cuadrangulares de la lista de los 500 de por vida y entra a Cooperstown en su segundo año de elegibilidad para el mismo.
Guerrero dijo que mantuvo una buena relación con Alou, así como también con los demás dirigentes que tuvo en Grandes Ligas, como Mike Scioscia, Ron Washington y el inmortal Frank Robinson.
Sin embargo, las cosas no fueron tan buenas con otro: Buck Showalter.
“No quiero hablar de mi tiempo con Showalter porque él y yo no nos llevábamos bien”, indicó.
Mejor rectas afuera que por el medio. Durante toda su carrera, Guerrero fue reconocido como un bateador de bolas malas.
Al comienzo de su carrera, con los Expos, le tocaba enfrentar sin quizás a uno de los tríos de pitcheo más letales del negocio en las figuras de Greg Maddux, John Smoltz y Tom Glavine.
De ese trío, el que mayor dominio tuvo sobre Guerrero fue Maddux, a quien le bateó apenas .210 en más de 50 turnos al bate.
Al preguntarle a Guerrero dónde estaba la clave, se rió y no dudó en responder.
“Maddux era el más difícil porque te la tiraba por el medio y tú tenías que batearla. Era una de dos, o él te dominaba o le dabas el palo, pero él te retaba y siempre la ponía bien difícil”, sostuvo el jardinero.
Sobre sus rodillas. A pesar de haber jugado siete temporadas en grama artificial en la ciudad de Montreal, Guerrero no atribuye los problemas de rodilla que enfrentó más adelante en su carrera a la “carpeta dura”.
“No, eso no tuvo nada que ver con mis problemas de las rodillas. Yo primero tuve un accidente jugando en Colombia que me tropecé en una base y me fui de cabeza, después que salí de Montreal me operaron la rodilla, pero eso no me afectó tanto”, añadió Guerrero al responder las preguntas de los periodistas.
Junto a Guerrero serán exaltados al Salón de la Fama Trevor Hoffman, Chipper Jones y Jim Thome.