NUEVA YORK. La estadounidense Serena Williams, número uno mundial, apabulló el viernes en dos sets corridos de 6-1 y 6-3 a la rusa Ekaterina Makarova, y jugará contra la danesa Caroline Wozniacki la final del Abierto de Estados Unidos de tenis en Nueva York.

Williams, de 32 años y campeona de los últimos dos US Open, buscará su 18ª corona de Gran Slam el domingo, en la cancha dura del estadio Arthur Ashe de Flushing Meadows.

La pentacampeona del US Open y monarca en título, Serena Williams, ha ganado ocho de los nueve partidos contra Wozniacki, que se abrió camino a su segunda final del torneo con un dramático triunfo en semis sobre la china Peng Shuai.

Wozniacki, ex número uno del mundo y 10ª sembrada, iba delante de su partido contra Peng tras ganar el primer set 7-6 (7/1) y con ventaja en el segundo de 4-3 y el saque, cuando la china comenzó a quejarse de un calambre y tuvo que abandonar el partido.

Serena y Wozniacki ya se midieron en el escenario de Flushing Meadows en las semifinales de 2011, cuando la estadounidense se llevó el triunfo por 6-2, 6-4.

En los topes individuales, Williams lleva ventaja de 8-1, con la más reciente victoria en semifinales del torneo de Cincinnati hace unas semanas (2-6, 6-2, 6-4). Serena ha ratificado con solvencia su posición de número uno mundial y primera sembrada del último Gran Slam del año, ganando sus seis partidos hasta la final sin ceder un set.

– Williams avanzó Serena sin temor a Makarova – «Pienso que este fue mi mejor partido del torneo. No saqué tan bien, tal vez por el viento, pero me sentí bien en la cancha», dijo Serena al pie de cancha en el estadio Arthur Ashe, al terminar su 44ª victoria del año, frente a 6 derrotas.

La menor de las hermanas Williams estuvo aplastante en los 60 minutos que duró el partido, en los que quebró cinco veces a su rival, colocó 24 tiros ganadores, y cometió sólo 12 errores no forzados. Serena despalilló con suma facilidad a una Makarova, 17ª sembrada, que venía precedida de sus grandes victorias en rondas previas ante su compatriota Victoria Azarenka y la francesa Eugenie Bouchard (N.7).

«Sabía que es un jugadora muy agresiva y que lo hace todo bien, así que estaba muy concentrada», indicó Williams. «Yo estuve bien serena, simplemente mantuve la concentración y traté de hacer mi mejor juego».

La norteamericana no dio respiro a su rival y, tras pasarle por encima en el primer set, en sólo 26 minutos y dos quiebres, iba camino de repetir en el segundo cuando fue presa de un momento de ansiedad.

Al parecer preocupada por terminar temprano, descuidó la defensa y permitió que la rusa le quebrara en los finales del tramo, para acercarse 5-3. Fue apenas el sexto quiebre que ha tolerado Serena en el torneo.

El público animó a la rusa, no tanto porque estuviera de su lado, como por querer que se extendiera el choque para compensar con un rato más de tenis el alto precio que pagaron por sus boletos. Pero Serena no pensaba lo mismo y volvió a poner las cosas en orden con una ráfaga de tres puntos seguidos, que le aseguraron la victoria y su séptimo boleto a una final del US Open.

Acerca de su compromiso con Wozniacki, a quien le une una gran amistad, Williams aseguró que «será divertido y entretenido, porque ella está jugando muy bien».