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La dilación de los ollares en el caballo echado, a menos que esté roncando, presenta dificultad para satisfacer sus necesidades de oxígeno. Su vía respiratoria puede estar obstruida, sus pulmones pueden estar llenos de líquido o secreción mucosa, su corazón puede no estar mandando la suficiente sangre oxigenada, o ser un caso de anemia o hemorragia interna.
Los pasos inestables o incoordinados pueden deberse a daños nerviosos, toxinas o lesiones, debilidad por fiebre muy alta, o desnutrición. Si el caballo está echado y no se puede levantar, es posible que tenga un miembro fracturado, daño severo en el cerebro o espina dorsal, o debilidad general como consecuencia de una enfermedad.
El calor interno no está pasando hacia el torrente circulatorio. El choque, envenenamiento, hemorragia interna –cualquier cosa que disminuya la presión arterial- obliga a almacenar sangre en beneficio de los órganos internos a expensas de los miembros y oreja. Aunque las enfermedades equinas, si se sabe qué es lo que se debe observar, se podrían prevenir.