Si no hay acciones rápidas, en AL habría 1 millón muertes en 10 años

Si no hay acciones rápidas, en AL habría 1 millón muertes en 10 años

En diez años la violencia dejará en América Latina un millón de muertos, en su mayoría jóvenes, vaticinó el presidente del Departamento de Estudios Internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (Itam), Rafael Fernández.

En tanto la expresidenta de Costa Rica Laura C hinchilla afirmó que los países de la región desean resolver los problemas de la drogas, pero ninguno quiere pagar los precios tan altos que han tenido que pagar México y Colombia.

El analista y la exmandataria hablaron sobre la seguridad ciudadana en América Latina en el III Foro Internacional Santo Domingo, celebrado en Funglode, donde también expusieron sobre el tema el expresidente de Honduras Manuel Zelaya y el exvicepresidente de Guatemala Eduardo Stein.

Fernández señala que América Latina se ha consolidado como la región no en guerra más violenta del mundo y que, contrario a otras zonas, en lugar de disminuir las muertes han aumentado.

Fernández se basó en datos del barómetro Yuenodesi, que arroja que en 2012 los homicidios afectaron a 157 mil latinoamericanos, “es decir, en una década tendremos más de un millón de homicidios en América Latina. Aquí tenemos una guerra de baja intensidad terrible”.

 

Le parece alarmante que la media de homicidios en la zona casi triplique la mundial de seis homicidios por 100 mil habitantes, y registra 16 por cada 100 mil, y peor aún, que seis de los 18 países analizados en un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) tengan más de 20 muertes por 100 mil habitantes.

Destacó que en el mundo se comete el 30% de homicidios con armas de fuego, y en América Latina más del 70% de las muertes violentas son también por armas de fuego.

 

Chinchilla. De su lado, Chinchilla expresó: “de todas esas vidas humanas que cobra la violencia delictual en América Latina, casi 100 mil en promedio por año, el costo fundamental lo paga la gente joven, que es la que está muriendo, y esto es muy doloroso”.

A la exmandataria también le preocupa que debido a la violencia delincuencial hay mucha desconfianza, lo cual debilita lo que ha caracterizado el desarrollo de la región, como lo es su capital social.

No obstante, destaca que en los últimos años han habido avances en el plano conceptual e inter- institucional, lo cual es muy importante porque han incidido en las políticas públicas y en las respuestas que se han dado al problema.

Señala que tanto en el combate de la delincuencia común como en el crimen organizado hay que tomar muchas medidas al mismo tiempo, así como deben intervenir varias instituciones, debe haber una reforma judicial, cooperación internacional, fortalecer el Estado de Derecho, así como una acción interinstitucional transparente.

Manifestó que se trata de salvar vidas, y para ello hay que proteger los derechos y fortalecer las instituciones.

E xpresidente Honduras. En tanto Manuel Zelayas señaló que al ciudadano común no le interesan grandes proyectos de educación y salud o democráticos para votar, si todos los días personas pierden la vida.

Consideró que el tema fundamental de América Latina es cómo detener el incremento de la violencia, y aquí en un debate bastante serio.

El exmandatario parte de la pregunta ¿cuál es el rol del Estado moderno frente a los nuevos flagelos del siglo XXI? y aquí surge el análisis de si el Estado es impotente o cómplice de la realidad que se esta viviendo.

Dijo que hay bastante cosas que hacer, una de ellas es que el tema de seguridad no es de orden público, policial ni de militares como sucede en México y Colombia, sino que esta relacionado integralmente con la sociedad.

“No lo podemos ver con mayores penas y represión policíaca y militar, para detenerlo hay que cambiar el enfoque”, sostuvo.

Resaltó que ningún Estado, por fuerte que sea, podrá brindarle la seguridad necesaria a cada uno de sus ciudadanos.

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