Detrás del éxito que muchos de los intérpretes urbanos gozan ahora hay una figura. Su nombre: Nico Clínico.
Este joven nacido hace 29 años en el sector La Altagracia de Herrera es el artífice de muchos de los temas del movimiento urbano dominicano, que con tanta insistencia suenan en la radio, y que han sido recibidos con beneplácito, principalmente, por la juventud.
Al recibirnos en su estudio de grabación, ubicado próximo a la Prolongación 27 de Febrero, Nico hace un aparte en su trabajo con El Alfa, con quien estaba creando un tema nuevo. Durante la entrevista, este joven artista dejó en claro lo que quiere lograr en el arte: crear sonidos nuevos y diferentes que puedan ser tendencia mundial.
Anhela dejar su impronta, demostrar que como joven puede hacer mucho. Y paso a paso lo está logrando. Su estilo como productor se ha dejado sentir. No en vano ha sido solicitado por colegas como Shelow Shaq, Mozart la Para, El Lápiz Conciente, Monkey Black (fallecido) y Omega. Él ha sido el responsable, además, de las campañas publicitarias de varias marcas del país.
“Yo me siento bien con todos estos cambios que hemos dado en el género urbano” -afirma-, y en un tono reflexivo señala que le gustaría aportar su “grano de arena” para quedar en la historia.
Sin embargo, entiende que si dentro de un año y medio o dos la música urbana no tiene algo nuevo, él la estará viendo monótona.
“La gente se está concentrando en sacar dinero con lo mismo. El público se cansa de que le vendan lo mismo. Si no se fusiona con otro tipo de género, no llamará a otro tipo de público. Si no se liga, va a caer como todo género que no se fusiona”, asegura quien tiene once años como productor.
El arte en su vida. Como cualquier joven nacido en nuestros barrios, Nico Clínico soñaba con ser alguien. A este ser apasionado le gusta retarse a sí mismo y hacer cosas diferentes, que lo diferencien. Y así lo ha hecho. Con el paso de los años, y a pesar de su juventud, ha dejado su estela en la música, donde ha podido crear su sello de identidad.
Nico derrocha arte por cada poro de su piel. Él es capaz de componer, producir, cantar, bailar e inclusive dibujar. Esto último dejó de hacerlo desde 1999, cuando le robaron su cuaderno de dibujos, hecho que cataloga como una de las grandes decepciones de su vida.
El impacto fue de tal magnitud que hizo que este joven, a quien en su niñez le gustaba hacer caricaturas de Spider-Man y otros superhéroes, se alejara por completo de algo que realmente le satisfacía.
Sin embargo, la pérdida de su cuaderno hizo que mostrara interés en otros asuntos. Se concentró en el baile y el canto. Este esfuerzo dio como resultado la agrupación JN3, con la que se presentó en varios lugares del país y de la que se separó casi una década después de ser fundada.
Alberto Nicolás Aponte Castillo, su nombre de pila encontró en el arte ese nicho en el que suplir sus necesidades. El valor que le confiere lo resume en esta reveladora frase: “Yo creo que si no me hubiera refugiado en el arte, yo sería un delincuente más en la calle”. ¿Y por qué?, quisimos saber. “Sí, porque imagínate, en mi barrio siempre se veían ese tipo de cosas (actos delictivos) y yo creo que el arte me apartó de eso. Hizo que me concentrara en una computadora y estuviera encerrado en una habitación mucho tiempo”, explica el joven al respecto.
Los engaños. Mientras habla, Nico Clínico muestra la madurez alcanzada. A veces incluso se muestra tímido, pero eso sí, habla con propiedad. No es de extrañar. Los golpes recibidos en el camino y los engaños de los que ha sido objeto lo han hecho crecer y madurar.
Nico hace música porque realmente le apasiona. Así lo afirmó en varias ocasiones.
“Yo siempre he sido pésimo en Matemáticas, creo que por eso es que no tengo tanto dinero. Creo que si hubiera sido más matemático me hubiera preocupado más por hacer música y registrarla”, asegura e indica que en tanto tiempo que tiene en el negocio apenas hace unos meses que empezó a registrar su trabajo.
Uno de sus primeros engaños vino de uno de sus compañeros de JN3. Esa persona, cuyo nombre no reveló, un día le dijo: “Men, si no registramos estas canciones que estamos haciendo, va a venir otra persona y nos la va a robar”. Cuando le preguntó qué podía hacer; esa persona le dijo: “Yo tengo un ‘Social Security’. Déjame hacerlo yo y cuando tú tengas el tuyo, yo te la paso”. Así fue como perdió sus primeros trabajos.
Esto, aunado a los conflictos en el grupo, hizo que se fuera. Entonces formó una familia. Esa fue la forma que encontró para salir de lo que denominó ‘una cárcel’.
Después, un manejador, que además era su socio, le ‘llevó’ ocho millones de pesos. “Cuando intenté ponerlo en la corte… hasta un lío me buscó con un hijo de un dueño de medios de comunicación. A mí me sacaron de todas las emisoras, porque el que era mi socio le robó un millón al hijo de ese empresario.
Esto hizo que abriera más los ojos”, afirma Nico, quien a pesar de que estuvo retirado un tiempo, no se deja vencer.