La mayoría de los sicarios al servicio de los narcotraficantes eran policías que salieron de la institución del orden, pero que en el ejercicio de sus antiguas funciones se dedicaban a matar, afirmó el Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, al advertir sobre la peligrosidad de los excesos policiales.
“La gente dice a los ladrones hay que matarlos, pero nadie quiere tomar una pistola para salir a matarlos, ni siquiera lo hacen los jefes policiales, sino que envían a eso a dos o tres personas que los van haciendo monstruos, totalmente pervertidos y que al final terminan en los grupos delictivos.
“Al final terminan como sicarios de los carteles, al final, todos esos equipos que matan terminan pervertidos mentalmente y salen a matar por razones de sicariato, y también roban y matan, no tienen respeto por la vida, y eso lo que genera es más violencia”, refirió Domínguez Brito.
En ese contexto expresó que, por esas razones, mantiene la firme posición de que los excesos policiales tienen que detenerse.
Homicidio en Baní. El magistrado se refirió en esos términos cuando se le preguntó sobre el curso que sigue la muerte de los esposos Santo Florentino Méndez, de 50 años, y Olga Lidia Arias, de 33, y heridas a Santo Wasin Méndez, de 44. La acción se produjo en una finca donde también estaban los hijos menores de la pareja, que presenciaron los hechos.
El trasfondo del hecho se vincula a un problema de propiedad inmobiliaria que tenía Florentino Méndez con el comerciante Milcíades Santana.
Por el hecho se investiga a los tenientes Rafael Mota y Rafael Moscat Guzmán, alias La Vaca, y a los rasos Welin Carmona Méndez y Fabio Ramírez Nin.
“Sobre Baní hay dos oficiales y dos alistados en investigación, nosotros vamos a actuar, porque todo exceso por encima de la ley tiene que asumir su responsabilidad, estamos viendo si son cuatro o dos que cometieron la acción, una vez determinemos grados de responsabilidad actuaremos en consencuencia”.