Sin agradecimiento no hay cambio

Sin agradecimiento no hay cambio

“No puede responder otra cosa que gracias y gracias”
 William Shakespeare

En la dimensión espiritual TODO se entrega sin dejar nada apartado. De igual modo, la naturaleza se da completa en cada acto, por pequeño que sea. Solo lo presente “es”. Lo que es tiene poder. Lo anterior solo “es” cuando lo traemos al presente por medio de la memoria.

Una de las acciones esenciales para transitar el camino del bienestar, es empezar a soltar nuestras memorias, sobretodo las dolorosas que son las guardadas por el cerebro.La función cerebral controla las actividades del cuerpo (materia). Cuando nos identificamos con la dimensión física, la vida es dolorosa y sin sentido. Al darle nuestro poder a la memoria,que almacena las vivencias del pasado, el cerebro se vuelve autoritario y déspota.

La materia no se origina así misma, y cuando le damos la autoridad a ella nos quedamos desolados. Reducirnos a la carne nos lleva a vaciar la vida de sentido.Como la memoria del cerebro es histórica, repite lo ocurrido una y otra vez. Ilusamente,cree que si recuerda algo no sucederá nuevamente. El cerebro no puede sintonizarse con la generosidad de la vida, que hace que lo que necesitamos transformar siga saliendo a la luz. Así, nos brinda la oportunidad de cambiarlo.

Si elegimos criar nuestras tristezas, abrazar nuestro pasado, y olvidar -o negar- los buenos momentos disfrutados, nos quedamos con muy pocos recursos para mirar el presente. Pasamos a convertimos en party watchers (pariguayos), que vemos a otros disfrutar de la fiesta que ofrece la vida.

El salto cuántico de la transformación personal ocurre cuando empezamos a reconocer que nos hemos pasado la vida retrocediendo hacia el pasado, en lugar de avanzar. En ese momento, nos damos cuenta que tenemos poder para desaprender de principio a fin lo que de manera inconsciente nos guiaba. Entonces, ¡agradecemos!

Créeme, es menos complicado de lo que parece. ¿Te ha funcionado quejarte, luchar, culparte o culpar a otros? Todo lo que existe es energía, y la energía no responde a los mandatos del cerebro, sino a los de la consciencia.La vida empieza a ser divertida cuando empezamos a recordar con la memoria del corazón. Cuando algo no puede ser comprendido por nuestra mente, lo más sano es rendirnos al misterio que permite que lo que es sea.

A medida que maduramos, nos damos cuenta que la vida es para participar en ella y disfrutarla. Cuando nos quedamos mirando como otros logran danzar la melodía de su corazón, nos secamos y nos volvemos cínicos, burlándonos de los que aún creen en el amor, y se entregan confiadamente a su fuerza.

Cuando lo que nos guía son los pensamientos y sentimientos que surgen de nuestras heridas, el corazón queda indefenso, impotente y sin fuerza. Su única protección es dejar de sentir, y para ello se va cubriendo de muchas capas que no nos permiten contactar nuestros sentimientos reales.

Hace unos años, leyendo a Sarah Ban Breathnach, comprendí que solo desde el propio saber logramos responder al llamado que nos hace la vida. Contestar desde la memoria solo reedita el dolor una y otra vez. Sarah dice que lo que ocurre es que justo antes de llegar a la vida en la tierra, nos entregan una fotografía de lo que será nuestro futuro (el proyecto divino), para entusiasmarnos con la gran aventura que iniciaremos.

Cuando la cámara celestial toma la imagen, tenemos tanta prisa de empezar la travesía, que en vez de la fotografía ¡cogemos el negativo! Así, tenemos la imagen de una vida fabulosa, pero ¡con la referencia invertida! Lo que es blanco se muestra negro, y lo que es negro lo vemos blanco. De esta forma, cuando la experiencia nos pide responder con risa, lloramos. En vez de inspirarnos con el logro de los demás, nos conectamos con la envidia, y creemos que tenemos carencias cuando nos han mandado a señorear a toda la tierra para vivir con abundancia.

La mayor distorsión que muestra esta imagen se da cuando nos sentimos miserables, y cerramos el corazón para no sufrir más. ¡Nos paralizamos en vez de lanzarnos plenamente a la aventura de vivir! La verdad es que abrir el corazón y entregarnos es la única manera de conocer la dicha. Lao Tsédijo que el agradecimiento es la memoria del corazón. Siempre podemos agradecer a nuestras memorias de dolor (por mostrarnos nuestra inconsciencia), dejarlas ir, y confiar en el movimientosiguiente.

Agradecer es la clara señal de un corazón activo, sano y abierto. El corazón que late en sintonía con la vida, y con su movimiento nos muestra la belleza, el arte, la compasión, la benevolencia, la intuición, la magia, la creatividad, el sostén, la generosidad, la humildad, la gracia, la poesía y el amor que la creación nos entrega en cada momento de nuestras vidas.

El otoño es la época en que la naturaleza nos muestra el modo en que podemos soltar, confiar,y seguir a la siguiente etapa. Esta vez, mi invitación es para que tomes tu proyecto divino, y agradezcas a tu corazón por seguir latiendo. Cada latido es una señal que te devuelve a la transformadora verdad: el amor revela nuestras imágenes negativas, y nos muestra la imagen de la vida real para la que hemos sido creados.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas