Después de cinco años de trabajo continuo, revisando y actualizando marco conceptual, diseño de muestra, metodología y manera de recolectar la información, el pasado jueves el Banco Central publicó los resultados de la nueva Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo.
En la medida en que se vayan conociendo detalles, se estará de acuerdo que implica un enorme avance del país en cuanto a cantidad, calidad y diversidad de sus estadísticas laborales. Debido a los cambios, ahora tenemos cifras y parámetros de una alta fiabilidad, ajustadas a normativa internacional, comparables con los de la Región y países de la OCDE, eliminando la necesidad de debate metodológico sobre la medición del empleo y el desempleo.
Muchas son las ventajas, una de ellas, por ejemplo, evita la confusión de manejar dos tasas oficiales de un mismo indicador, a partir de ahora se hablará solo de tasa de desocupación abierta, dejando de lado el concepto de tasa de desocupación ampliada, que pocos países utilizan. La tasa de desocupación abierta será la oficial y única.
Es normal que cuando se hacen cambios tan profundos, cifras e indicadores resultantes difieran de los cálculos tradicionales. Sucedió en Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México, por la mayor precisión de los conceptos ocupación y desocupación. También en el país, los nuevos indicadores nos dicen que el mercado laboral encadenó mejoras consecutivas, tanto en el empleo como en el desempleo laboral, en las dos caras del mercado.
Que el número de ocupados aumentó a 280,366 entre julio-septiembre 2014 y abril-junio 2016, mensualmente 13,350 ocupados, superando los 11,184 ocupados de la encuesta tradicional de trabajo, reduciendo la tasa de desocupación abierta de 8.8% julio-septiembre 2014 a 7.4% abril-junio 2016. Consistente con la aceleración de la actividad económica, consecuencia del viento de cola del petróleo, que la encuesta nos dice se trasladó al empleo.
Actividad y empleo suelen crecer más o menos igual, pero la nueva encuesta nos dice que el empleo ganó en velocidad, que respondió con retraso, mostrando lo que repiten teóricos, que la economía reacciona con mayor rapidez a los cambios de ciclo.
¿Por qué se cambió la muestra, metodología y manera de levantar la información? Porque la encuesta tradicional se diseñó hace veinticinco años, y con el tiempo recibió numerosos parches conceptuales y metodológicos, siguiendo recomendaciones especializadas. Pero como el tiempo no pasa en vano, se hizo obsoleta para capturar nuevas tendencias y desigualdades en el mercado de trabajo dominicano.
¿Cuáles son, en concreto, los beneficios para el trabajador? Muchos. Por ejemplo, estará mejor informado para discutir su compensación salarial y condiciones de trabajo, armado con datos trimestrales en lugar de dos veces al año como sucede en la actualidad, en abril y octubre, porque los nuevos indicadores demandan que el trabajo de campo se realice durante 48 semanas al año. Y podrá saber con mayor precisión a qué llaman trabajo decente y de calidad.
Estoy seguro que el Banco Central organizará encuentros para socializar resultados, porque la encuesta continua representa una invaluable fuente de información para empresarios, investigadores independientes, políticos y hacedores de política pública. Felicito a los ejecutivos y técnicos de la entidad bancaria, por tan valiosa contribución al conocimiento del mercado de trabajo.