Sociedad dominicana: diagnóstico

Sociedad dominicana: diagnóstico

La observación de lo que ocurre hoy en la sociedad dominicana conduce a un diagnóstico general: nuestra sociedad está “patas arriba”. El análisis de una serie de aspectos que a seguidas serán vistos lleva a esa conclusión.
Cierto es que nuestra sociedad tiene potencialidades y componentes que es justo reconocer, por ejemplo: la cantidad de jóvenes que estudian y luchan por su superación, los trabajadores que laboran de manera tenaz dentro de condiciones adversas, una gruesa cantidad de personas que con sus actividades y emprendurismo son muestra de vitalidad social, la presencia de inmigrantes que si son regulados y orientados al trabajo y la producción son ganancia neta, y la existencia de comunidades barriales que luchan por sus reivindicaciones más sentidas y por no dejarse invisibilizar.
Pero al margen de estos y otros aspectos, un conjunto de factores como los que enunciaremos a seguidas conducen a la conclusión arriba formulada. Veamos:
1. La República Dominicana es hoy un “apartheid” social. El 20% de la población tiene un ingreso superior al 80% restante, lo que habla de nuestra tremenda inequidad social. En el país, en el 2014, los habitantes en condiciones de pobreza y de vulnerabilidad ascendían al 72% del total nacional (Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe. Resumen Ejecutivo, PNUD).
2. En el orden de la educación, basta decir que diversas encuestas y estudios internacionales colocan a nuestros estudiantes en las últimas filas del rendimiento escolar. Hoy, aun con un presupuesto de 4% del PIB a la educación preuniversitaria, se sigue oponiendo resistencia al enfrentamiento del problema central: la muy baja calidad de la enseñanza y del aprendizaje.
3. No es un secreto para nadie las altas precariedades de que adolecen la gran mayoría de los hospitales del Estado en nuestro país. Como prueba un botón: en los centros públicos de maternidad una cama es ocupada por dos y hasta tres parturientas. En R.D. el rango de competitividad de la salud primaria se encontraba en los años 2014/2015 en la posición 107 de 144 países, por debajo, incluso, de países como los de Centroamérica.
4. En cuanto a la familia, la realidad evidencia grandes deficiencias. Su fragilidad, fragmentación y su insuficiente protección por el Estado han dado lugar a que muchos de los niños y niñas de los estratos sociales menos favorecidos se la hayan tenido que arreglar fuera del hogar o en hogares precarios. En la fragmentación de la familia encontramos una de las razones del proliferado fenómeno de las adolescentes embarazadas, así como de la significativa cantidad de menores internos en “centros de referimiento” por entrar en conflicto con la ley penal.
5. La violencia, la inseguridad y la delincuencia son otros de los problemas resaltantes de nuestra actualidad. En la última encuesta Gallup-Hoy se consigna que las principales causas de temor en la sociedad y familias dominicanas son la delincuencia y la inseguridad (“Hoy”, 12 de febrero de 2017). Dentro de la atmósfera general de violencia existente en la Republica Dominicana sobresalen la criminalidad, la violencia intrafamiliar y la violencia de género, una de cuyas nefastas expresiones es el “feminicidio”.
6. La corrupción es una ancestral mala práctica que ha empeorado en la sociedad dominicana actual. Estudios internacionales nos sitúan, en este orden, dentro de los 10 peores países de 34 del continente. Este mal es el que más directamente entronca con la tragedia de nuestra crisis ética.
7. Otros graves males revelan que diversos factores de la sociedad están incidiendo negativamente en la salud mental del pueblo dominicano. Esos males son los delitos y violencias sexuales.
8. La precariedad de nuestras instituciones políticas, agravada en los últimos años, es un serio problema. Mientras al Estado dominicano se le puede identificar por su incompetencia y clientelismo, es grave lo que se le puede atribuir a los partidos.
9. Característico es también en la sociedad dominicana actual el nuevo valor que sobrepone “tener” a “ser”. Tener mucho y rápido; no importa de qué manera. Este valor incide transversalmente en nuestra sociedad; por eso menores y adolescentes de las clases subalternas, hacen “cualquier cosa” para tener y exhibir.
Una sociedad que tiene situaciones y valores dominantes como los aquí presentados, es una sociedad que hasta ahora ha fracasado. Es un modelo de sociedad fallido. De ese fracaso hay responsables principales, y no son otros que nuestros líderes y dirigentes, las figuras de autoridad política, económica, empresarial, cultural y religiosa, que con su acción u omisión, han dado lugar al deterioro actual de la sociedad dominicana.

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