WASHINGTON.  Donald Trump desea construir otro muro imponente, pero éste es para proteger a su lujoso resort de golf en Irlanda de la marea alta resultante del cambio climático.

El candidato presidencial republicano ha calificado el cambio climático de «una mentira» y «una conspiración», pero en documentos presentados este mes en Irlanda por el Trump International Golf Links and Hotel, se solicita permiso para construir una enorme muralla para proteger al campo de golf de los mares. Se calcula que la playa frente al 18vo hoyo está desapareciendo, perdiendo en promedio un metro cada año.

La solicitud, cuya existencia fue revelada el lunes por la revista Politico, cita «los crecientes niveles del mar, junto con la frecuencia de las tormentas y el impulso de las olas, asociados con el calentamiento global». Un documento anexo estima que casi todo el litoral en el oeste de Irlanda está erosionándose «debido al aumento del nivel del mar y a la intensidad de las tormentas en el océano Atlántico».

Alan Garten, portavoz de la campaña de Trump, no contestó el lunes pedidos de The Associated Press para que haga comentarios al respecto.

Trump, quien ha propuesto erigir un enorme muro en la frontera con México para detener la inmigración ilegal, ha expresado escepticismo en Twitter de que la actividad humana esté causando el calentamiento global. También ha prometido «renegociar» el acuerdo que el gobierno de Barack Obama logró en diciembre para reducir las emisiones de gases que causan el calentamiento.

«El concepto de calentamiento global es una mentira fraguada por China para evitar que la manufactura estadounidense sea competitiva», escribió Trump en Twitter en 2012.

«El país entero se está congelando. Necesitamos mucho calentamiento global ¡y rápido! La altura de los bloques de hielo polar están a un nivel sin precedente», tuiteó el magnate en 2014.

Los grupos ambientalistas inmediatamente criticaron la solicitud de construir el muro en Irlanda como prueba de la hipocresía de Trump.

«Queda claro que a Donald Trump le importa más la suerte de su campo de golf que las vidas de millones de familias ya afectadas por la crisis climática», opinó Adam Beitman, portavoz del Sierra Club.