Apenas el 17% de las áreas de producción agrícola cuentan con sistemas de riego, una cifra muy baja si se toma en cuenta el gran potencial agropecuario que tiene República Dominicana.
Así lo afirmó la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD), al indicar que el país puede alcanzar el 40% de las zonas agrícolas con sistema de riego, superando al promedio mundial que es un 20%.
El vicepresidente ejecutivo de la JAD, Osmar Benítez, aseguró que el país es privilegiado en recursos hídricos al contar con 54 cuencas hidrográficas, seis regiones hidrográficas y 610 ríos. Instó a seguir el ejemplo de Cuba, que con menos de la mitad de los ríos de República Dominicana ha construido 114 presas y represas, para preservar el agua. Agregó que aquí solo hay 34 presas, casi todas construidas en los gobiernos de Joaquín Balaguer.
Expuso que República Dominicana cuenta con 300,000 hectáreas, unas cuatro millones 800,000 tareas que tienen sistemas de riego, sin embargo el país tiene capacidad para duplicar esta cifra y llevarlo a 600 mil hectáreas.
Detalló que para lograr esta se necesitan más presas, lagunas o reservorios diseñados con nuevos sistemas de riego, que permitirá incorporar más tareas a la producción de la agropecuaria.
Dijo que una de las metas para promover la modernización del campo, aumentar la productividad y para mejorar la rentabilidad de los agricultores es incorporar cada día más nuevas áreas a la producción bajo riego.
Benítez ofreció estas declaraciones al participar en el Encuentro Económico de HOY, junto a Roberto Pepín, encargado de proyectos; Ivonne García, gerente de la Bolsa Agroempresarial; Claudia Chez, gerente de mercadeo, Juan José Espinal, director de proyectos y Olga Almánzar, gerente de comunicaciones.
El vicepresidente ejecutivo de la JAD expreso que muchas presas no cuentan con sistema de riego. Mencionó como ejemplo la Presa de Monción no tiene diseño de sistema de riego, dejando sin agua los cultivos que están en la carretera que conecta Mao, Santiago Rodríguez, entra otras áreas.
Destacó que cuentan con sistema de riego las principales presas de los ríos Yaque del Norte y del Sur.
El gran reto en sistema de riego. El dirigente agropecuario afirmó que uno de los grandes desafíos de la agricultura del país y del Gobierno es lograr incorporar a la producción agrícola bajo riego al triangulo productivo del Cibao Central, desde La Vega, Tenares, Salcedo, Licey al medio y Santiago, donde se produce la mayor parte de los víveres como plátano, batata y yuca del país.
Expreso que la sequía de los últimos tres años hizo que los precios de los víveres y tubérculos aumentarán drásticamente, porque estas zonas se vieron muy afectadas por la ausencia de agua.
Dijo que desde el 1988 explicaron esta problemática al entonces presidente Joaquín Balaguer, para que instalará un sistema de lagunas y se construyeron tres en Moca y Salcedo y todavía funcionan y los agricultores dan testimonio de que si no fuera por esas pequeñas obras no estuvieran produciendo.
“Una pequeña presa y laguna pequeña pueden resolver la situación de un gran grupo de agricultores”, dijo.
Pequeñas obras grandes resultados. El vicepresidente de la JAD expuso que se cree que las grandes presas son las única solución, pero no es así ya que una laguna pequeña o un embalse puede ser vital para una área.
Reveló que bajo la orden del presidente Danilo Medina se realizó un estudio sobre las necesidades de presas medianas y pequeñas y embalses, lagunas y reservorios en cada una de las provincias. Fueron evaluadas cualquier rio u cañada que tuviera agua permanente aunque tuviera poco caudal seria evaluada.
Benítez dijo que un reservorio puede almacenar hasta 80 mil metros cúbicos de agua para mojar 12 mil tareas.
Agregó que espera de Medina permita que en cada pueblo y comunidad exista una alguna que permita llevar agua a sus cultivos.
Añadió que han identificado que en el Este se pueden construir 18 presas, entre grandes y pequeñas, porque no se pueden seguir sustrayendo las aguas subterráneas.
Estimó que el agua debe ser preservada y que no haya un solo río o riachuelo del país, cuya agua se vaya al mar y no se aproveche para uso humano, industrial, generación de energía eléctrica y también la producción de alimentos.