Solución urgente para el mercado

Solución urgente para el mercado

Las autoridades tienen que buscar una solución rápida para el problema humano, urbano y de salubridad que ha dejado el incendio que destruyó los puestos de venta del Mercado Nuevo de la avenida Duarte. Cientos de vendedores de ese gran centro de acopio han tenido que tomar las calles del entorno para improvisar sus ventorrillos y continuar ganando el sustento de sus familias. La solución improvisada obstaculiza el tránsito, afecta a los residentes, dispersa basura y crea problemas de salubridad. Hasta que las autoridades municipales materialicen la remodelación de ese mercado, algo hay que hacer para que los vendedores puedan trabajar sin convertir la zona en un caos.

El Gobierno central y el Ayuntamiento del Distrito tienen que tomar cartas en el asunto y ubicar a estos vendedores de manera que no perturben la circulación y la vida de los residentes en la zona del mercado. Estos pequeños negocios tienen importancia estratégica en el abastecimiento de alimentos de la población capital, aparte de que los vendedores se ganan la vida en esos menesteres. Es necesario organizarlos de manera que puedan seguir trabajando sin causar el problema urbano que están causando. Además, es necesario acelerar los planes para la remodelación definitiva del mercado, que además deberá contar con los espacios suficientes para acomodar a los vendedores que tradicionalmente han operado allí.

HAY QUE ACABAR ESAS DISPUTAS

Las disputas entre sindicatos del transporte por rutas urbanas e interurbanas han dejado en estos días por lo menos cinco muertos y varios heridos. La situación desnuda el desorden que predomina en el control de estas rutas y los métodos violentos a que apelan los transportistas para dirimir sus diferencias, poniendo incluso en peligro a gente que nada tiene que ver en sus rencillas. Es un problema de vieja data al que no se le ha buscado solución adecuada.

Por lo pronto, es necesario que el Ministerio Público, auxiliado por la Policía, investigue para determinar responsabilidades, con tal de que los autores de los homicidios sean sometidos a la justicia. Estos homicidios no pueden quedar impunes. Además, hay que organizar las rutas, asumir su control y distribución, y crear medios para resolver las disputas relacionadas con su explotación.

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