De los Servicios de Hoy. Un grupo de investigadores chinos ha desarrollado una solución que permitiría cambiar en los paneles el sol por el agua de lluvia como fuente energética.
El funcionamiento de estos paneles, que para ser exactos habría que denominar como solar-pluviales, ha sido descrito por un equipo de científicos chinos en la revista Angewandte Chemie International Edition.
Se trata de instalaciones idénticas a las fotovoltaicas actuales, capaces de transformar la luz solar en un flujo constante de electricidad, pero que en su recubrimiento cuenta con una capa de grafeno.
Este material, del que se dice que será la herramienta de construcción de casi todo en el futuro, no sólo es muy resistente: además conduce muy bien la electricidad. Y basta con una capa de grafeno, de apenas un átomo de espesor, para que los electrones se muevan a placer por la superficie de los paneles.
El mecanismo es el siguiente: el agua de lluvia contiene entre otros, iones de amonio, calcio y sodio, que reaccionan con el grafeno para formar lo que los expertos en electrónica de potencia denominan un supercapacitor. La diferencia de potencial entre la capa de grafeno y la de agua es tan grande, que se produce un intercambio de electrones cuando la lluvia golpea el panel solar.