Soprano Nathalie Peña Comas, voz y presencia

Soprano Nathalie Peña Comas, voz y presencia

El cuarto concierto de la Temporada Sinfónica, bajo la dirección del maestro José Antonio Molina, brindó la oportunidad de apreciar el talento de la joven soprano dominicana Nathalie Peña-Comas.
El programa abre con La maravillosa obertura de la ópera “Tannhäuser”, de Richard Wagner. Llamada obertura mosaico por la exposición de los temas que se desarrollarán en la obra, luego de la suave introducción irrumpen las trompas, fagot, clarinete, exponen el primer tema de “Los peregrinos”- asociado al amor puro; las cuerdas introducen un contrastante segundo tema –el amor sensual-.

La belleza de la música de Wagner sobrecoge, el impacto de los vientos, la sutileza melódica, penetra nuestros sentidos; la orquesta imbuida del espíritu del compositor se crece, Molina pauta la belleza del todo.
Nathalie Peña-Comas hace su entrada, discretamente, bellamente vestida. Inician los primeros acordes de “Exsultate, Jubilate“ –Motete- de W. Amadeus Mozart.

La bella composición religiosa de tres movimientos, inicia con el “allegro”, en el andante -una emotiva alabanza a la virgen- la solista muestra sensibilidad, delicadeza, recogimiento cónsono al motivo musical. El Aleluya final es brillante, jubiloso. Su voz es perfecta para las composiciones de Mozart
En la segunda parte del programa la soprano cambia, no solo de vestuario, hay un giro que muestra su capacidad histriónica, todo el potencial artístico que es capaz de ofrecer sobre un escenario, así, como una total comprensión vocal e interpretativa de cada pieza. Encantadora como Christel, canta de la opereta clásica con tema bucólico “Vogelhändler” –El vendedor de pájaros- del compositor austríaco Carl Zeller, la bella canción “Iich bin die Crhistel von der Post”.
Es la Adela coqueta de la opereta cómica “Die Fledermaus” –El murciélago- de Johann Strauss, y conquista por su gracia al interpretar “Mein Herr Marquis” –Querido señor marqués-. El climax de su actuación llega con “Meine lippen, sie kiisen so heiss –Mis labios besan tan cálidos- de la opereta La Giudita de Frank Léhar. La voz de Nathalie de hermoso timbre podría clasificarse como soprano-spinto, por su rico registro medio, capaz de sostener las notas largas e intensas, y agudos cercanos al Do. Auguramos y deseamos una carrera exitosa a nuestra soprano.

Molina logra equilibrio entre orquesta y solista,
El concierto finaliza con el hermoso poema sinfónico, narrativo y evocador, “Las alegres aventuras de Till Eulenspiegel”, de Richard Strauss, alcanzando la Orquesta Sinfónica un nivel estimable.

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