Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la libertad

Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la libertad

¿RESGUARDO DE CUÁL LIBERTAD?
La libertad creadora, ya que la Nueva España del siglo 16 solo ofrecía a las mujeres tres opciones: El matrimonio, el concubinato y la prostitución.
Hoy, que releo a Sor Juana, pienso que las opciones afectivas de las mujeres han cambiado muy poco, aunque para una mujer creadora de hoy la soledad es una opción. La opción por la soledad sigue siendo y es, sin embargo, una alternativa para mujeres acomodadas quienes, en la protegida seguridad de sus apartamentos o familias, encuentran un valladar. Imaginemos cómo se podría optar por la soledad en un barrio popular de Santo Domingo, donde para empezar el ruido de la radio del vecino es una constante agresión.
Sor Juana resolvió “su problema” yéndose a un convento, donde no deja de quejarse de las visitas inoportunas de sus compañeras y de la pérdida de tiempo que le provocaban sus pláticas.
“Por su talento y por su estado religioso Sor Juana era una mujer fuera de lo común…Esa condición de privilegio entrañaba sin embargo, responsabilidades y pesadas servidumbres…Sor Juana no estaba sometida a la autoridad del marido, pero sí a la Superiora del Convento y a las intrigas de sus compañeras”.
Octavio Paz.
La pregunta es: ¿Realmente resolvió su problema Sor Juana?
LA PASION POR EL CONOCIMIENTO
La pasión de Sor Juana era el conocimiento. Su innata capacidad de observación la hizo descubrir muy niña las limitaciones de las mujeres de su medio. Los amores de su madre, campesina analfabeta y de sus tías, abandonadas sucesivamente por distintos maridos que se aprovechaban de su belleza y estatus social como criollas, la hicieron renuente al matrimonio, o la relación carnal con los hombres, la cual definía como “una servidumbre del espíritu”.
Digo “hombres”, porque la inteligencia del siglo 16 era fundamentalmente masculina, ya que a las mujeres no se les permitía estudiar en colegios y universidades, lo cual provocó que cuando muy niña Sor Juana se vistiera de varón para asistir a la escuela. Y digo “hombres”, porque no todos los hombres eran iguales en su ilustrada pequeñez, siendo el abuelo de Sor Juana quien la introdujera a la lectura a muy temprana edad y luego los virreyes de México (y sus respectivas esposas) quienes la protegieron casi hasta el final, de la misoginia clerical de arzobispos y confesores.
Preguntaba si Sor Juana resolvió su búsqueda de la libertad para el conocimiento y creo que esta interrogante se puede responder con un sí a medias. Definitivamente Sor Juana resolvió su búsqueda de la libertad en el ámbito de la creación, llegando a ser la más importante poeta y versificadora de su siglo. También la resolvió en el aspecto formal de la escritura, donde logra introducir en el estilo literario imperante (El Barroco) la reserva y economía en el lenguaje. Una extraña combinación de inteligencia y apasionamiento, dos polos aparentemente opuestos del Barroco: inteligencia, y el Romanticismo: apasionamiento, que es, a decir de Paz, característica principal de la poesía moderna.
BÚSQUEDA POÉTICA
En la búsqueda de una poesía que reflejara su genio (a través de formas poéticas características de su tiempo) Sor Juana cruza por los romances populares, sonetos, canciones devotas y tercetos, letrillas y redondillas, villancicos y excesos de todo tránsito entre corrientes literarias. En este caso, del paso del Renacentismo al Barroco, que Paz denomina Manierismo, o énfasis en la manera de decir.
Ello explica los excesos y las exageraciones de poetas de la época, no exceptuando a Sor Juana en su inicial barroquismo (torrente de palabras, metáforas brillantes y exceso de lirismos). Atrapada entre la rigidez métrica del Clasicismo y el énfasis del Barroco en lo intelectual, Sor Juana solo transgrede las normas en su poesía erótica, donde preanuncia del Romanticismo la imaginación que revela e inspira.
La poesía erótica de Sor Juana es muy singular. Es ¨un salto congelado¨ (según Paz), por las limitaciones que su condición de monja, y del siglo, le imponían. Así, Sor Juana, neutraliza su ¨libido sin empleo¨ con la cultura y, en ese proceso, también se esclaviza.
Llega así a ser una gran poeta, a partir de las tres cualidades que según T.S. Eliot (citado por Paz), definen a una gran poeta: la abundancia, diversidad y excelencia.
EL FEMINISMO DE SOR JUANA
Preocupada por el conocimiento en todas sus dimensiones y por la búsqueda formal en el lenguaje, Sor Juana se vio importunada por los ataques que le hacían por mujer e inteligente. Para una conciencia tan lúcida y una compulsivita creadora tan exigente, estos ataques la impacientaban porque tenía que sustraerle tiempo a su creación para contestarlos, no porque realmente tuvieran la capacidad de molestarla. De ahí que sus respuestas no sean estrictamente una defensa de la inteligencia de la mujer sino una reafirmación de su innata superioridad intelectual frente a los hombres.
En esto, como afirma Paz, el feminismo de Sor Juana es distinto al nuestro, porque está exento de preocupaciones políticas e históricas y se centra en definir el lugar de la mujer como eje central del mundo del espíritu, como ser con la mayor capacidad de síntesis y relación entre cosas y personas.
A la necedad de los misóginos: ¨Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis¨, Sor Juana antepone la inteligencia de su producción poética, teatral, pictórica, musical y renacentista.
Su producción no minimiza el precio que tuvo que pagar como ¨una pobre mujer que castiga a los soberbios¨ (Respuesta a Sor Filotea), y pugilista intelectual de su época: la negación de su intimidad mediante el alarde de su maestría.
Y fue esa negación de su intimidad, mediante el alarde de su maestría, lo que provocó que al final de sus días la aplastaran mediante la obligada renuncia ¨con supropia sangre¨ al conocimiento y a las letras, una trampa no ya de la fe, sino de la libertad.
Después de una meditada relectura de sus textos y vida, una se pregunta: ¿Habrá valido LA PENA el esfuerzo y el desgaste? Y, renegando de la inmortalidad, una se siente tentada a retomar la lectura de Guide para quitarle a la ¨diuturna enfermedad de la esperanza¨ el nombre de homicida.

¨Diuturna enfermedad de la Esperanza
Que así entretienes mis cansados años
Y en el fiel de los bienes y los daños
Tienes en equilibrio la balanza.
Pues eres más severa si se advierte
Que suspendes el alma entretenida
Y entre la infausta, o felice suerte
No lo haces tú por conservar la vida
Sino por dar más dilatada muerte.

¿Quién te ha quitado el nombre de homicida?¨

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