MONTEVIDEO. Los sudamericanos tienen más opciones que nunca a la hora de elegir qué auto comprar: desde el clásico sedán hasta el SUV de moda, pasando por el vehículo de pequeña cilindrada y monstruos «tragagasolina». Pero, al fin y al cabo, la economía es la que manda.
Vehículos utilitarios deportivos (SUV), 4×4, autos con motores de muy bajo consumo, coches de lujo de marcas emblemáticas y por supuesto, carros más tradicionales; todo está en la vidriera en una región que ha tenido años de bonanza económica.
Las tendencias cambian por país, de la mano de diferentes cargas fiscales, factores culturales, pero sobre todo, el costo de la gasolina y la disponibilidad de modelos, que condicionan fuertemente cualquier decisión de compra y el precio de los coches.
«El mercado (regional) en la última década fue mostrando un dinamismo muy importante: todos los países que se beneficiaron de la bonanza del boom de las commodities tuvieron una tendencia a la apreciación de sus monedas que impulsó los salarios», que «crecieron por encima del precio de los autos y eso les impulsó sus mercados», explicó a la AFP Gonzalo Dalmasso, coordinador de análisis del sector automotor de la econsulta argentina Abeceb.
Las mayores diferencias, según el experto, están entre los países del Pacífico y del Mercosur. «Son mercados que tienen características diferentes por las ambiciones productivas que tienen», señaló Dalmasso. «Argentina y Brasil tienen un polo productivo mientras que Chile, Perú y Colombia no tienen producción y por ende tienen una política mucho más aperturista».
«Eso afecta mucho también el patrón de las ventas. Más allá de lo que les guste (…) a los consumidores, es la disponibilidad» que determina la elección de compra, señaló.