Martin Luther King recurrió al sueño para expresar  ilusiones en su discurso de cierre de la marcha integracionista durante los 60s. Así, cada ocasión de rendición de cuentas y mensaje a la nación del Presidente de la República, conforme lo mandado en los Arts. 114 y 128.2.f  de la Constitución, cavilo esperanzado, entre sueños, su contenido.

Para hoy, Día de la Patria, espero o ¿soñé?:

Que el Presidente Fernández, luego de  autorreconocer la “estabilidad macroeconómica” se comprometió a corregir nuestros déficits económicos – fiscal interno y comercial externo –por atentar contra nuestra estabilidad sociopolítica.

Que para ello reducirá los gastos consumidores del dinero de contribuyentes en burocracia que tiene que alojarse en furgones por resultar insuficientes las edificaciones; en  subsidios que inhiben el emprendimiento o cubren ineficiencias empresariales; en pagos de deuda pública; en publicidad por servicios no prestados o fomentadores del culto a funcionarios; en compras de productos dañinos.

Que disciplinado fiscalmente, abandonará la hemorragia de endeudamientos mitigadores temporales de presiones devaluatorias e inflacionarias. Y renegociará deudas.

Que abordará la informalización de la economía, eliminando tributos y reduciendo tasas. 

Que preservará la seguridad social para no evitar su estatización: subrogando servicios prestables por otras instancias públicas,  protegiendo fondos de pensiones pertenecientes a trabajadores y revirtiendo  complicidades conducentes al saqueo de recursos disponibles por sacrificar servicios.

Que los excedentes alcanzados por disciplinarse se invertirán en infraestructura de apoyo a la agropecuaria – canales y caminos – e industria – energía y transporte–; al no llegar los anunciados financiamientos o inversiones chinos, árabes o indos.

Que detenida la hemorragia de gastos, el Banco Central podrá mantener circulante, reduciendo intereses, alentando inversión en producción a tenedores de recursos y solicitantes de préstamos. Que reorientará subsidios clientelistas, siempre disponibles; hacia BAGRICOLA y PROINDUSTRIA, siempre carentes de fondos. Y así crear puestos permanentes de trabajo, la vía expedita para combatir delincuencia

Que cumplirá su propósito anunciado en el exterior de un Estado verde partiendo con la prohibición a instituciones públicas de podar sañosamente árboles. Que retomará la conversión de deuda en inversión educativa luego de introducir los imprescindibles  cambios que ésta requiere para tecnificarla y reforzar identidades y valores nacionalistas.

Que abandonará la ayuda focalizada a Haití y retomará con firmeza el discurso de convertirnos en plataforma para la reconstrucción integral protectora de la dominicanidad.

Que  disculpó permisividades y encubrimiento de escandalosas violaciones a la ética por funcionarios, denunciados por medios y rumores públicos.

Ojalá que el mediodía de hoy termine con Tomás Moro, sobre su Utopía inspiradora de realidades, y no con Calderón de la Barca, que los sueños, sueños son.