El extremo suroeste del país posee un abanico de condiciones naturales maravillosas, dignas de ser explotadas y convertidas en el complemento faltante del desarrollo turístico alcanzado hasta ahora. Y el hecho de que exista en el Gobierno una resuelta voluntad política por convertir Pedernales en punta de lanza de ese desarrollo, abre insospechadas expectativas de inversión y progreso que cambiarían radicalmente el panorama de pobreza de la región.

En la serie de reportajes sobre este tema que este diario empezó a publicar el lunes, se describen las líneas generales de los pasos dados por el Gobierno para rescatar Bahía de las Águilas, definir el ordenamiento territorial turístico, esbozar la gama de modalidades de explotación turística y planificar la infraestructura base para el arranque del gran proyecto. Esos detalles permiten calibrar cuán prioritario es para el Gobierno este propósito desarrollista.

En el Este y Norte del país se han desarrollado sendos asentamientos turísticos de gran atractivo, cada uno con características muy particulares. El extremo suroeste sería, por sus cualidades ambientales y de biodiversidad, el complemento faltante en el proceso de desarrollo de la industria turística de la República Dominicana. Además, garantizaría un cambio radical positivo para varias provincias que han estado sumidas en la pobreza y el olvido.

¿Será la cuarta vez la vencida?

La fijada para este miércoles será la cuarta reunión del Comité Nacional de Salarios entre representantes de empleadores y trabajadores para negociar un reajuste general de salarios. Las tres reuniones anteriores concluyeron sin acuerdos, en virtud de que el sector patronal no llevó propuestas que respondieran a las demandas salariales de los trabajadores. La incógnita es si esta vez los empresarios responderán en términos formales a esas demandas.
Un punto de discordia es que el sector patronal condiciona cualquier aumento salarial a que se haga una reclasificación de las empresas. En cualquier caso, el Comité Nacional de Salarios solo tiene poder de decisión en cuanto al salario mínimo. Veremos si en esta ocasión las voluntades en pugna ceden lo suficiente como para alcanzar acuerdos satisfactorios.