Sutilezas de la inseguridad

Sutilezas de la inseguridad

En un país en que la delincuencia asedia a la sociedad, el hecho de decir que hay policías “vagos” es una manera de admitir una grave responsabilidad de las autoridades en la gravedad del problema. Mantener la seguridad ciudadana no depende exclusivamente de la labor policial, pero en una institución en que las decisiones bajan desde los mandos hasta los rangos más bajos, deja mucho que decir que haya policías que, según esas expresiones, cobrarían por no hacer nada.
La anterior es solo una de las sutilezas de la inseguridad. En su edición de ayer, en portada, El Nacional publicó una foto de vías de la ciudad a oscuras por falta de alumbrado público. Esa falta de iluminación crea para la delincuencia el ambiente propicio para actuar son éxito, para cubrir la escapada. Eso dificulta más la tarea de vigilancia, interdicción y prevención de los policías que van a las calles a prestar servicio.
Así como las señaladas anteriormente, hay particularidades que contribuyen a la inseguridad pública pero que parecen pasar desapercibidas. El caso de los expedientes poco o mal sustanciados, que se caen en los tribunales y alimentan la reincidencia delictiva es de suma gravedad, pero no está a la vista si se hace algo por superar esas debilidades, sean reales o creadas. Hay que atacar la inseguridad de manera integral, sin dejar cabos sueltos.

A esto hay que ponerle caso

El Indice Mensual de Actividad Económica (IMAE) y el Indice Mensual de Actividad Manufacturera (IMAM) tuvieron en enero de este año desempeños que llaman la atención, pues mientras el primero reporta un crecimiento económico de 5.5%, el segundo muestra que la actividad manufacturera declinó de 50.2 en diciembre 2016 a 40.2 en enero del presente año, con tendencia similar a la exhibida entre diciembre de 2015 y enero de 2016, cuando descendió de 54.0 a 38.2.

El punto de inflexión es que la actividad de la industria nacional ha jugado un pobre papel en el desempeño económico, como componente del PIB, manteniendo su tendencia de declive entre los factores de crecimiento. En enero, mientras las industrias de zona franca aportaron 8.5% al PIB, la industria fuera de ese régimen solo aportó 6.1%.

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