También llevan “rockash” a la zona de Manzanillo

También llevan “rockash” a la zona de Manzanillo

MANZANILLO, Monte Cristi.- En el puerto de aquí hay depositadas más de 40,000 toneladas del material denominado «rockash» o rocas de cenizas, que en días pasados también fue descargado en Arroyo Barril, Samaná.

El material está en grandes pilas en un terreno frente al edificio de la comandancia del puerto. La empresa Trans Dominicana, representada por Antonio Rosario Pimentel, recibió un permiso de las autoridades de Gestión Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales para importar el material desde Puerto Rico.

Este material, de acuerdo con el permiso firmado por el subsecretario René Ledesma, se debía utilizar para acondicionar el patio de carga del puerto de Manzanillo, para aumentar su capacidad de soportar peso y “disminuir la plasticidad”.

Otra empresa, Multigestiones Valenza, representada por Roger Charles Fina, importó una cantidad similar de material que está en el puerto de Arroyo Barril, en Samaná.

[b]LA DENUNCIA[/b]

El senador de Samaná, Ramiro Espino, denunció, en la sesión del Senado el pasado día 23, que se había llevado lodo cloacal tóxico al puerto de Samaná.

Esta denuncia indujo a la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales a suspender las importaciones del material, y el titular de la cartera, doctor Frank Moya Pons, pidió una investigación a la Procuraduría para la Defensa del Medio Ambiente y que se determinen responsables.

Posteriormente Espino insistió en que el material es tóxico y afectó a residentes de la zona.

La toxicidad del material fue negada por el subsecretario Ledesma, quien explicó que se trata de componentes que son muy similares a los suelos en muchas partes del mundo.

[b]EL COMPROMISO[/b]

El permiso emitido por las autoridades obliga al importador del material a “prevenir, minimizar y controlar la contaminación por derrame, tanto por la descarga del material como por combustibles de las maquinarias utilizadas en la fase de adecuación y ejecución de la actividad.”

También lo responsabiliza de “de mitigar otros posibles derrames en caso de que se presentes” además de que asumirá los costos de la mitigación y la contingencia.

De acuerdo con el permiso las empresas que importaron el material están obligadas a darle un disposición final al material sobrante que garantice que no afectará el entorno, ni la flora y la fauna. Tampoco el drenaje de los suelos, así como evitar la afección de los cauces de los ríos y cañas o producir sedimentación.

[b]EL POLVILLO[/b]

El «rockash» en Manzanillo, todavía sin compactar, produce gran cantidad de polvo que se levanta con el viento y se dispersa, lo que afecta negocios de ventas de comida, dijeron sus propietarios.

Iluminada Vargas y Elena Valerio, dueñas de dos restaurantes en el lugar, informaron que el material fue traído en cinco o seis barcazas y descargado en camiones volteos del Sindicato de Camioneros de Manzanillo.

En los alrededores del muelle las personas temen que ese polvo pueda producir enfermedades.

[b]NO ES CLINKER[/b]

Se explicó que en principio creyeron que el material era clínker, una materia prima para producir cemento, el cual se importa por este puerto, pero posteriormente un empleado de la empresa les comunicó dijo que «ese material es otra cosa».

El material cubre parte de una vía férrea por la que circulaban vagones que utilizaba el proyecto agrario La Cruz de Manzanillo, para transportar hasta el muelle los bananos para exportación.

Ledesma, subsecretario de Gestión Ambiental de la Secretaría Medio Ambiente explicó que el material no es tóxico y que es el resultado de la combustión del carbón mineral en las plantas de generación eléctrica.

Dijo Ledesma que para dar la autorización de descarga del «rockash» se cumplieron todos los requisitos y las normas legales, como las pruebas de laboratorio que demostraron su inocuidad.

El «rockash» está en montículos a unos 200 metros de la orilla de la playa de esta comunidad.

En las oficinas de la Autoridad Portuaria Dominicana ayer en la tarde no había ningún funcionario que ofreciera detalles sobre el material y los militares de servicio rehusaron hablar.

Mientras tanto, las operaciones del puerto eran muy dinámicas. Dos barcos estaban anclados cargando y descargando productos y dos hileras de camiones hacían estrecho el paso por la carretera de acceso.

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