EEUU y Cuba.- El anuncio del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo de Cuba, Raúl Castro, de restablecer las relaciones diplomáticas es, por su impacto internacional, la noticia del año. Según declaraciones, el acercamiento es fruto de 18 meses de negociaciones secretas de representantes de ambos países en Canadá con la mediación del Papa Francisco. Previo al anuncio, ambos mandatarios trataron por teléfono algunos temas. Los cubanos aún celebran, y Raúl espera, que el esfuerzo de Obama dé al traste con esa pieza de museo llamado bloqueo o embargo.

Contactos entre enemigos.- EEUU y Cuba han tenido un matrimonio agridulce. Tras el triunfo de la Revolución, Cuba nacionalizó empresas estadounidenses, y EEUU respondió con el embargo, para luego romper relaciones en 1961. Pero estas medidas no impidieron los intentos de contactos entre EEUU y Cuba. Aunque es un tema secreto, según investigadores, James Donovan, habría sido el primer ciudadano de EU enviado por el presidente John F. Kennedy a Cuba para negociar la liberación de prisioneros en 1961. El gesto siguiente salió de Cuba, y ocurrió en agosto de 1961, en un encuentro en Uruguay, cuando Ernesto “Che” Guevara envió al representante estadounidense, Richard Goodwin, una caja de habanos Cohiba con un mensaje para Kennedy.

La guerra empieza.- En 1974, según los investigadores, Fidel coordinó con Henry Kissinger encuentros con representantes de ambos países. En 1989, Fidel envió un mensaje a la Casa Blanca con el entonces líder soviético Mijail Gorbachov. Y en los años 90, el ya fallecido escritor colombiano, Gabriel García Márquez, entregó dos mensajes a Bill Clinton. Otro acercamiento fue el saludo de Obama y Raúl en el funeral de Mandela en diciembre de 2013. Gran eco tuvo la proclama del Papa Juan Pablo II en 1998 cuando dijo en La Habana, “Que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba”. ¿Logrará Obama concretar tamaña empresa? Solo el impacto del anuncio es un triunfo. Pero la guerra contra la medida de Obama se cocina en el Congreso, nido de férreos patrocinadores del bloqueo, reliquia de la Guerra Fría, igual que sus apologistas.