¿Cuál sería la mejor manera de retroceder en el tiempo y hacer un viaje a través de la historia para conocer la vida y costumbre de nuestros aborígenes?
Una forma podría ser consultando los libros donde están plasmados los testimonios de los primeros cronistas, quienes narran con detalles lo que ocurría con los habitantes de la isla cuando ellos llegaron a estas tierras.
También podría visitar los lugares donde todavía habita gente primitiva en un estadio social similar al de los primeros pobladores de Quisqueya, aunque no necesariamente vamos a encontrar el mismo escenario.
Pero actualmente hay una forma fácil de hacerlo y es a través de la exposición “Tesoros del arte taíno”, montada en las instalaciones el Centro León de Santiago hasta el 22 de abril del 2018.
Más que visitar una muestra de la cultura indígena, es una inolvidable experiencia que vivimos al contemplar un sinnúmero de piezas de gran valor arqueológico, convirtiéndonos así en testigos de esa cultura viva a través del tiempo. Eso es posible gracias al fecundo trabajo de los historiadores, arqueólogos, exploradores y de quienes le dan difusión para que no se diluya, permitiendo a las generaciones presentes definir su identidad de forma más precisa.
La primera aventura es entrar por una cueva magistralmente recreada, donde observamos no solo las características propias de ese ecosistema, sino los pictogramas dibujados allí. Y entonces pasamos a explorar todo un mundo de piezas, dibujos, fotografías, grabados, dioramas, mapas, pinturas, instalaciones, videos y otras expresiones complementarias de la muestra, con las brillantes explicaciones de la antropóloga y curadora Ada Lara y el acompañamiento de un equipo bien entrenado de guías del Centro León.
En este paseo se conoce la canoa en que los indígenas se transportaban; las vasijas y objetos que usaban en sus rituales y el material con que estaban confeccionados; sus creencias, viviendas, los instrumentos de cultivar la tierra, la forma de alimentarse y de enterrar a sus muertos, y cómo algunas de sus manifestaciones aún perviven a través de la santería.
Hay potizas, vasijas, trigonolitos, hachas, ralladores, amuletos, ollas, vasos, majadores ceremoniales, aros, collares y maracas, entre otras piezas de piedra, barro, concha y hueso.
“Tesoros del arte taíno” se ha convertido en el eje transversal para una serie de encuentros familiares, visitas de escolares, concursos, talleres infantiles, y actividades extramurales, todas con un alto sentido educativo. Algunas de las actividades son: “De la canoa al casabe” que recorre la exposición haciendo énfasis en la cultura taína y como estos elementos siguen presentes en la cultura dominicana de hoy; “¡Soy arqueólogo!”, en la que se trabaja en una zona de excavación arqueológica recreada en los jardines del Centro León, utilizando palas, brochas, cedazos, casco, mientras van descubriendo piezas similares a las de la exposición ya visitada.
Y algo que gusta mucho a los chicos es cuando se convierten en “Exploradores del pasado”, mediante un recorrido lúdico donde manejan una mochila que contiene lupa, binoculares y materiales para ir recreando piezas de antaño.
Además, el Centro León organizó un concurso infantil de ilustración a partir de la lectura del libro “El origen del mar según las creencias taínas recogidas por fray Ramón Pané”, con atractivos premios para los mejores trabajos.