En mi participación semanal en el programa de radio Mañanas Latinas cometí un pecado. Me entregaron un café y pensé que tenía azúcar… por lo regular, en esos lugares ya están endulzados. Mi mente se preparó para recibir el melao’. Mi paladar fue sorprendido y casi decepcionado. ¿Alguna vez fue a tomar un refresco transparente y era agua?
Decidí complacer a mi paladar, aunque el café que me sabe bien tiendo a tomarlo sin aditivos.
Percibí cómo los ojos de Carlos Sánchez, comediante y parte del elenco, se posaron sobre la cucharita que hacía la melosa transferencia.
Fuimos al aire y lo primero que el ocurrente humorista me dijo fue: “Tú tomas mucha azúcar”.
Me llamó la atención viniendo de un señor que precisamente lo veo todos los días en carteles y anuncios televisivos con una gordura extrema, aunque en persona es un atlético caballero (su gordura es solo en la película que anuncia). Me hizo reaccionar.
Cuando estoy de gira me descuido y me añoño. Entre los exquisitos platos típicos de los lugares a los que tengo la dicha de visitar y los excesos que cometo suelo desequilibrar mi nutrición.
Cuidar ese balance es importante para mi salud física. Sé que al regresar a mi estación principal me tocan ejercicios, restricciones y diversión… sí, es que muchas cosas que ayudan a perder peso divierten, como hacer el deporte favorito, o cocinar delicias.
Pensar que es un sacrificio estar en un estado de equilibrio evita que veamos todo lo positivo que arrastra.
Comer lo que se quiere cuando se desea es una gran ventaja. Podemos hacerlo cuando no estamos pasados de libras o con los niveles saludables disparados, como el colesterol o los triglicéridos.
Para los ejercicios decidí elegir los que me gustan. Además, conseguí que me gustaran otros que al inicio no me parecían agradables, integrándolos entonces a mi repertorio.
Entreno un equipo de fútbol de jóvenes, actividad que me mantiene en movimiento… sin dejar de lado todo lo que le saco para mi trabajo de liderazgo y manejo efectivo de equipos.
Lo importante de estar en equilibrio es que cualquier exceso no resulta irreparable… aunque muchos excesos pueden desequilibrar la balanza.
¿Se atreve a medir su balance y encontrar el equilibrio donde desea estar? ¿Y si no está, quiere llegar ahí?