Aún cuando casi el 30% de los peloteros de las Grandes Ligas son extranjeros, no hay ningún mánager de origen latino.
Y eso tiene enfadado al venezuelono Ozzie Guillén, quien una vez llevó a White Sox a ganar un campeonato.
En un trabajo publicado en ESPNDeportes, Guillén se queja, defiende su honorabilidad y habla de sus hijos profesionales y su largo matrimonio.
Guillén trata en encontrar razones de por qué está fuera del trabajo de mánager.
Sus enemigos alegan que la razón es su comportamiento impetuoso, conflictos y forma olímpica de hablar.
“Nunca hice nada malo o ilegal en el béisbol para que me estén vetando. Nunca me tomé nada. Nunca hice nada fuera de las reglas”, dice Guillén.
“Todos mis hijos se graduaron de la universidad. Sigo casado luego de 40 años. ¿Qué más quieren de mí? Nunca usé drogas. No tengo hijos fuera del matrimonio. Nunca me han arrestado conduciendo borracho”, agregó.
Guillén piensa que maduró, pero no piensa arrodillarse para que le den un puesto. Un punto adverso es que muchas de las cosas negativas que hacía eran magnificadas y eso le creó mala fama.
Su salida abrupta se produjo luego de una mala experiencia con los Marlins, cuando incluso tuvo diferencias con los cubanos de Miami. El caso es que a Ozzie Guillén le hace falta dirigir, es joven, siente entusiasmo, pero lo tienen “en lista negra”.
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