Todo lo que hay que saber sobre los mercados globales en 2018

Todo lo que hay que saber sobre los mercados globales en 2018

Y de golpe llega a su fin el año en que aprendimos a vivir con diatribas nocturnas en Twitter de un presidente estadounidense, precios récord de las acciones y la burbuja de bitcoin.
Al ingresar en 2018, los activos en alza constante y una volatilidad en baja ya son la norma, el crecimiento global se mantiene fuerte y prevalece el optimismo en todas las clases de activos. Pero no es momento para la complacencia.

Entre la política y las operaciones populares que pierden brillo, hay ilimitados riesgos que nos mantendrán alertas en los próximos 12 meses. A continuación, algunos de los temas más importantes del mercado –tanto tranquilizadores como inquietantes– para que usted tenga en cuenta.
1. Se enfría recuperación del crédito. Obviamente, los anuncios de un apocalipsis de los bonos basura resultaron prematuros dado que tanto los bonos de alta rentabilidad como los de grado de inversión dieron retornos a los inversores en el año, pero son muchos los riesgos que amenazan el alza en 2018. La Reserva Federal está achicando su balance general, el Banco Central Europeo está frenando sus compras y las predicciones muestran que finalmente la inflación podría subir.
Los inversores en el mercado de crédito consultados por Bank of America Merrill Lynch para un sondeo publicado en diciembre mencionaron una burbuja como el mayor riesgo para esa clase de activos, seguido por un aumento de la inflación y rendimientos más altos. Los flujos reflejan parte de esa inquietud.
2. Ciclo económico envejecido. Si la economía estadounidense puede seguir avanzando en el primer trimestre de 2018, igualará el segundo período de expansión más prolongado de la historia moderna, según datos compilados por la Oficina Nacional de Investigación Económica y Bloomberg Intelligence.
Esto contribuye a impulsar las economías mundiales, generando optimismo en los mercados. El índice de sorpresas económicas de Citigroup correspondiente a las grandes economías se mantiene apenas por debajo del nivel más alto desde 2010 gracias a una serie de datos que superaron las expectativas de los analistas.
3. Elecciones. En 2017, el crecimiento mundial en alza, el enfoque cauto de la Fed respecto del ajuste monetario y un dólar más débil llevaron a las monedas de los mercados emergentes y a las acciones a registrar sus mayores retornos en ocho años. Pero quizá no haga falta mucho para derribar ese equilibrio, teniendo en cuenta que Wall Street pronostica el mayor ajuste de la política monetaria del mundo desarrollado en una década.

Los inversores también deberán maniobrar en torno de elecciones en países que conforman más del 50 por ciento del índice Bloomberg Barclays de bonos locales de países en desarrollo. Si bien los comicios en países como Rusia son predecibles, se perfilan competencias reñidas en pesos pesados del mercado como Brasil y México.
4. Recuperación del euro. Con el euro encaminado hacia su mejor racha anual frente al dólar en 14 años, los mercados de opciones que tienen en cuenta las probabilidades relativas al par de monedas más negociado del mundo apuntan a que la recuperación continuará en 2018.
5. Incógnitas políticas. El proyecto de ley tributaria que impulsó los recientes movimientos del mercado bursátil estadounidense se acerca a la línea de llegada. En tanto los políticos se pelean por sancionarla antes de fin de año, también flotan en un segundo plano las cuentas del gasto, un acuerdo presupuestario y las peleas por el techo de la deuda.
6. Permutas ‘normales’. Es posible que llegue a su fin una de las distorsiones más extrañas que creó la regulación posterior a la crisis. Las tasas de las permutas, lo que pagan las empresas por canjear sus pagos fijos de intereses por flotantes, se aprestan a subir nuevamente por encima de los retornos de los bonos del Tesoro estadounidense en todos los vencimientos por primera vez desde 2014.
7. Curva de rendimiento. La disminución del diferencial entre los bonos del Tesoro de EEUU de corto y largo plazo de vencimiento atrae la atención de Wall Street. Una curva completamente plana –o invertida– puede llegar a agitar las operaciones con bonos.

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