Todos a una contra el dengue

Todos a una contra el dengue

El número de muertos por dengue supera el medio centenar y el de afectados por esta enfermedad crece más cada día. Si lo que hay es epidemia o brote no cambia las cosas. Tampoco las cambia el hecho de que se declare alerta o alarma. La realidad es que el dengue está ahí, cobrando bajas, y nadie tiene en la frente un letrerito que indique si es vulnerable o inmune. Todos estamos amenazados por esta afección viral que puede ocasionar la muerte.

Las autoridades sanitarias entraron tarde al campo de batalla, cuando el dengue ya había ocasionado más de cuarenta bajas. Y en vez de pararnos a buscar culpables, lo que corresponde es que todos a una tratemos de detener el avance de esta enfermedad. Bajo coordinación oficial se moviliza un número apreciable de entidades, a las que es necesario sumar juntas de vecinos, organizaciones culturales, asociaciones de padres y amigos de la escuela, sindicatos y etcétera, para la tarea de eliminar hospederos del mosquito transmisor.

En los hogares, cada integrante debe asumir responsabilidades en cuanto al dengue, eliminando depósitos de agua que puedan servir de criaderos de mosquitos. No olvidemos que el mismo mosquito que transmite el dengue es transmisor de la terrible chikungunya. Trabajemos con el criterio de que todos somos vulnerables a esta enfermedad en auge. Manos a la obra.

Descuido paterno fatal

Entre la noche del sábado y el lunes perdieron la vida ocho niños. Cinco perecieron en tres incendios ocurridos por separado, pero por la causa común de que sus padres los dejaron encerrados en casa con velas encendidas que ocasionaron los siniestros. El lunes, un padre dejó encerrado en su vehículo a su pequeño y éste murió asfixiado. La otra víctima es una niñita que se asfixió al cubrirse boca y nariz con el vaso plástico con el que jugaba.

En cada uno de estos casos desgarradores está la huella del descuido de los padres. El Código del Menor prevé sanciones para los progenitores si se comprueba que dejaron a sus hijos encerrados en sus viviendas o cualquier otro lugar sin el cuidado de un mayor de edad. Esta amarga lección debe ser tomada en cuenta por todos los padres, para evitar su repetición.

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