Todos contra ese enemigo común

Todos contra ese enemigo común

Los dominicanos debemos cobrar conciencia de que el contrabando es altamente peligroso para todos. Esta práctica delictiva atenta contra las finanzas públicas, al evadir impuestos, y contra las empresas que tributan y generan plazas de trabajo. Sus peligros acechan también a los consumidores y usuarios, pues generalmente el contrabando está asociado con la falsificación y adulteración de bienes de marcas bien acreditadas en el mercado, a las que también perjudican. A decir verdad, el contrabando solo le produce beneficio económico a quienes lo practican en perjuicio del resto de la sociedad. Es una actividad ilícita que debe ser combatida por todos los costados.

De ahí que todos debemos sentirnos en el deber de cerrar filas en respaldo de la campaña oficial contra el contrabando. Los cigarrillos, las bebidas y medicinas y, en fin, todos los productos que nos llegan de contrabando dañan a empresas locales que elaboran productos similares, poniendo en riesgo su estabilidad y los empleos de miles de dominicanos. Además de esos daños, nadie le garantiza al consumidor o usuario la calidad de lo que está adquiriendo atraído por bajos precios que terminan siendo onerosos para todos. Consumir artículos ingresados al país de manera ilegal es una forma de entrar en complicidad con el enemigo más pernicioso que tiene la economía nacional y que resulta dañino para todos.

 PRESERVEMOS ESE PATRIMONIO

Las autoridades deben hacerle caso a la recomendación del CODIA, que plantea estudiar la vulnerabilidad de los edificios antiguos de la Ciudad Colonial de Santo Domingo. El desplome parcial del hotel Francés debe ser tomado como un aviso de lo que puede ocurrir con otras estructuras muy antiguas y que han estado sometidas a vibraciones por excavaciones en esa zona, como parte de los trabajos para convertirla en un atractivo turístico de carácter histórico.
Las viejas edificaciones de la Zona Colonial son, precisamente, parte del patrimonio histórico con el que se busca atraer a los turistas. Hay que evitar por todos los medios nuevos desplomes que puedan poner en peligro vidas de personas y generar desconfianza entre los turistas. Hay que evaluar esas edificaciones y darles el tratamiento necesario para conservarlas en buen estado.

 

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