En declaraciones vertidas el 23 de diciembre último al periódico digital del Partido Socialista Unidos de Venezuela (PSUV), gobernante, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, expresó contundente “quien se meta con Haití se mete con Venezuela”.

Parte de la impronta del gobernante, aludió: “Los haitianos son nuestros hermanos mayores, son nuestros queridos hermanos y afortunadamente RD ha dado muestras de sabiduría y se ha establecido una cronograma a partir de ahora”.

Valientes, oportunas y sinceras expresiones del gobernante que prosigue una agenda revolucionaria instaurada por el ido a destiempo comandante Hugo Chávez, que la comunicad internacional, pero sobre todo los dominicanos, debemos y tenemos que tomarle la palabra.

En su contexto, el presidente Maduro excluye a RD de los que se “meten” con Haití, es decir, los que pretenden hacerle daño, que no aparece ningún país, y el culpable es menester ubicarlo en el mismo Haití, los gobernantes haitianos que siempre han gobernado contrario a sus reclamos más sentidos.

Reconoce el presidente Maduro la constante espontaneidad masiva con la que los gobernantes y el pueblo dominicano hemos procedido siempre con el vecino país, manifiesto en su mayor expresión en la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional que aspira regularizar la migración en RD y organizar el registro electoral haitiano para que puedan implementar comicios verdaderos que expresen la voluntad de los haitianos, y perfilarse como país viable.

Complace sobremanera la actitud altruista del presidente Maduro con Haití que los dominicanos hemos manifestado siempre, pero sobre todo, que coincide con los Estados Unidos por primera vez, y eso permite avizorar una apertura deseable y conveniente, que todos deseamos.