Torre de Libertad llenará área World Trade Center

Torre de Libertad llenará área World Trade Center

NUEVA YORK (EFE).- La ciudad de Nueva York reivindicó ayer su liderazgo en rascacielos con la presentación del diseño de la Torre de la Libertad, que estará en el futuro World Trade Center y que ha estado rodeada de polémica y tensiones entre los arquitectos.

Con una altura total de 541,6 metros, el rascacielos tendrá 70 pisos disponibles para oficinas, frente a las 110 plantas que tenían las extintas Torres Gemelas.

A eso, se sumarán tres pisos superiores que acogerán restaurantes, entre ellos el nuevo «Windows of the World», y un mirador.

Albergará además elementos innovadores como un conjunto de molinos ubicados en la parte superior, que generarán energía eólica y que se prevé aporten alrededor de un 20 por ciento de la que consumirá el edificio.

La presentación del proyecto, a la que asistieron los autores, Daniel Libeskind y David Childs, y el promotor inmobiliario Larry Silverstein, estuvo repleto de alabanzas al trabajo y la cooperación entre los arquitectos.

Con ello se trataba de acallar los ecos de agrias disputas anteriores entre el espíritu creativo y estético de Libeskind y el propósito más comercial y utilitario de Childs.

Este último, miembro del estudio Skidmore, Owings and Merril y con amplia experiencia en el diseño de edificios comerciales, fue elegido por Silverstein para dar forma al rascacielos, que ha respetado algunos elementos del proyecto inicial de Libeskind.

Entre ellos, la antena en espiral que, con 84 metros de altura, se elevará a partir de los 457 metros, y con ello se superarán los 508 metros del edificio Taipei 101, en Taiwán, considerado el más alto en la actualidad.

Las autoridades presentes y los arquitectos recalcaron hoy que el edificio, que se prevé esté listo para su ocupación a finales del 2008 o comienzos de 2009, está cargado de simbolismo y representa un homenaje a las casi 2.800 víctimas de la tragedia y a la determinación de los neoyorquinos hacia la democracia y la libertad.

La silueta del nuevo rascacielos pretende evocar a la Estatua de la Libertad con su brazo en alto portando la antorcha, y la altura total, de 1.776 pies en el sistema anglosajón, recuerda el año en que se firmó la Declaración de la Independencia de EEUU.

Contar en su horizonte urbano con la torre más alta del mundo supone además un acto de desafió hacia quienes osaron destruir las Torres Gemelas, uno de los emblemas de esta ciudad, y un deseo de mantener a Nueva York como punto de referencia de innovación y creatividad.

«Este es un edificio muy importante. Millones de personas lo verán desde la distancia, así como todos los que vengan a Nueva York, y pensarán en los héroes que perdimos», señaló en su discurso el gobernador del estado de Nueva York, George Pataki.

Con 242.000 metros cuadrados de superficie utilizable, el nuevo edificio dispondrá de medidas de seguridad superiores a las de las extintas Torres Gemelas, tanto para la prevención de incendios como para garantizar una evacuación rápida en caso de emergencia a través de un mayor número de salidas y de escaleras.

«La intención desde un principio fue construir un edificio singular para Nueva York, no uno que pudiera estar en cualquier otra ciudad», resaltó Childs.

Agregó que además debía ser innovador tanto en estructura como en la tecnología empleada.

Explicó que el edificio además «debía ser seguro», no solo para los futuros ocupantes sino también para quienes intervengan en su construcción, y sensible a preocupaciones medioambientales.

La intención de los arquitectos, en suma, es levantar un edificio «que se convierta en un modelo para que otros proyectos de desarrollo urbano o de otro tipo lo emulen», dijo.

«Este edificio tiene que ser un éxito, de lo contrario se producirá un retraso en la revitalización del sur de Manhattan», recalcó Childs.

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