Torres de turismo

Torres de turismo

Ubi Rivas.

El inicio de una torre de 20 pisos en Bávaro para construir el hotel Moon Palace de 2, l49 habitaciones, que demandará cuatro mil empleos con una inversión de US$600 millones, dado el primer palazo el 23 de noviembre último por el presidente Danilo Medina, rompe el esquema racionalizado y consensuado que rigió el desarrollo turístico dominicano.
Construir una torre de 20 pisos en un área donde hasta ahora predominó la construcción de un solo nivel, trastorna el entorno, con la idéntica desproporción de hacerlo en la zona colonial, donde las construcciones desde la colonia se orientó por el diseño de una arquitectura de uno y dos niveles, Alcázar de don Diego y Vicini.
Esa simetría colonial fue preservada hasta el final del siglo XX cuando se erigieron los edificios Baquero, Cerame, Copello, hotel Comercial y otros, sin fines turísticos, porque no existía esa filosofía en el país, surgida tímidamente en la Era de Trujillo con una red de hoteles, y aún ese diseño se respeta.
El consenso y la filosofía del turismo como estructura de un nivel ha prevalecido en Punta Cana, Bávaro, Bayahibe, Las Terrenas, Romana y Costa de Ámbar, en Puerto Plata, principales referencias del gran turismo forjado en la Era del PLD, que ahora deserta con la referencia comentada, al socaire de los vientos unilaterales de la Era Trump, cuyo hijo del mismo nombre, asociado a Abraham Hazouri , en Bávaro, propicia las torres turísticas.
Si esa influencia poderosa es lo que el presidente Medina y su eficiente ministro de Turismo, Francisco Javier García, han pretendido silenciar, este servidor precisa el motivo nodal de la decantación de torres turísticas contrariando el estilo que se preservó hasta ahora, que tendrá repercusiones y consecuencias, que aspiramos no desarmonicen y depriman al sector.

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