Toumani Diabaté, músico de Malí

Toumani Diabaté, músico de Malí

DIÓGENES CÉSPEDES
En los artículos de los dos últimos miércoles, hablamos de Toumani Diabaté y Alí Farka Touré y prometí dar algunas pinceladas de ambos. Primero lo hice con Touré y hoy toca el turno a Diabaté. Los dos, músicos extraordinarios. Avanzaba que Touré, ya finado, fue el precursor y el más conocido mundialmente. Pero Diabaté, decía yo, tiene por delante una vida, pues nació el 10 de agosto de 1965 en Bamako, la capital de Malí, y es ahora cuando, luego de un reconocimiento mundial, no tiene competencia en materia de tocador de kora, esa arpa laúd africano-occidental de 21 cuerdas, de difícil dominio.

Aunque sea de difícil dominio, Diabaté lo ha logrado y posiblemente el único recuerdo de influencia de su padre sea el disco compacto que Sidiki Diabaté grabó en 1970 el primer disco de kora en la historia. La razón, como se dijo en una crónica anterior, es que el padre de Toumani abandonó el hogar temprano para dedicarse a ofrecer conciertos por los países vecinos.

Toumani comenzó a tocar la kora a los cinco años y cuando tenía ocho ofreció su primer concierto con el Conjunto Nacional de Malí. Ha participado en proyectos interculturales con músicos de flamenco, blues y jazz. Esto lo hizo con el grupo español del nuevo flamenco Retama, con el bluesman Taj Mahal y el trombonista de jazz Roswell Rudd.

La discografía de Toumani Diabaté es la siguiente: 1987, Kaira (Hannibal); 1988, Songhai, con Retama; 1995, Djélika; 1999, New Ancien Strings, con Ballake Sissoko; 1999, Kulanjan, con Taj Mahal; 2002, Jarabe (Best of the Master of Kora); 2005, In the Heart ot the Moon, con Ali Farka Touré; y, 2006, Boulevard de l’Independence.

Para febrero de 2008 saldrá un álbum de World Circuit con solo de kora, como lo fue Djélika hace trece años. El mes pasado terminó su última girada por Europa y ahora, para marzo de 2008, se propone emprender, con la Orquesta Simétrica, una gira que le llevará por Australia y Nueva Zelanda. Con esto se propone ganar el corazón de nuevos públicos en nuevos territorios.

Cuando escuché por primera vez en marzo pasado el disco compacto “In the Heart of the Moon (gracias al préstamo que me hizo el poeta Cayo Claudio Espinal), quedé encantado con este tipo de música cuya memoria me remonta a los años 1969-72 cuando fui un asiduo oyente de la música del África Occidental que promovían en Besanzón los estudiantes de aquellos países. Era un momento en que en Europa solamente se conocía el boom literario latinoamericano, pero no la música, tal como se conoce hoy la salsa, la bachata, y el reguetón en algunas capitales europeas.

Cuando escuché por primera vez aquella música africano-occidental no pude dejar de realizar la conexión honda que tiene con los ritmos caribeños como el merengue, la guaracha o los demás ritmos cubanos, puertorriqueños y de la costa Caribe de Venezuela, Colombia y parte de Centroamérica.

Pero al escuchar ahora con nuevos oídos la kora tocada por Diabaté, relaciono la conexión profunda con el joropo venezolano, aunque no así (y puedo equivocarme) con la canción guaraní interpretada por el arpa paraguaya del conjunto “Los Paraguayos”, donde veo más una relación con la herencia del arpa europea que con la kora. Pero también la obra discográfica de Diabaté ha recuperado la conexión con la música europea y con el blues norteamericano. Resta por estudiar la conexión entre kora, ngoni y banjo.

A quienes se interesen por saber más de Toumani Diabaté, ir a Google y escribir toumani diabaté. Ahí encontrarán datos biográficos, musicales, conciertos, giras, juicios sobre el músico, futuros discos y la discografía y cómo adquirir las obras de este músico genial.

dcespedes@codetel.net.do

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