Trabajan en innovaciones en materia agrícola

Trabajan en innovaciones en materia agrícola

Con el objetivo de fortalecer el sector agrícola nacional, el Instituto de Innovación en Biotecnología e Industria (IIBI) trabaja con universidades de Argentina y Egipto en investigaciones e innovaciones científicas para elaborar bioplaguicidas con aceites y mejorar la genética de plantas endémicas.
Durante una visita a la Redacción de HOY, Julio Zygadlo, profesor de la Universidad Nacional de Córdoba, indicó que trabajan en la elaboración de bioplaguicidas utilizando aceites esenciales de flora nativa de regiones templadas de Argentina y tropicales como República Dominicana. Una planta con la que se investiga es con eucalipto.

Indicó que trabajan con el IIBI mediante un convenio llamado biorrefinería y este proyecto nace de la preocupación global de reemplazar plaguicidas convencionales por otros más ecológicos.

Destacó que se trabaja en transformar residuos agroindustriales como exceso o desechos de tomate, cítricos, frutas, entre otras, que son considerados basura pero que pueden ser utilizados. El objetivo es que de los mismos se obtenga principios activos o subproductos agroindustriales como bioplaguicidas, colorantes, vitaminas, gelificantes (gelatinas), entre otras.
El profesor en genética Malmoud Magdy, de la universidad de AIN Shams, de El Cairo, Egipto, explicó los detalles del proyecto de investigación que trabaja en temas de mejora genética de plantas endémicas con valor económico o medicinal.
Dijo que el objetivo es crear una base de datos del genoma de las plantas endémicas del país con la finalidad de conservarlas en la computadora, para si en el futuro desaparece una planta no se pierda la información que tenía, pues hay riesgos de que plantas se pierdan por el cambio climático o el aumento de la población.
Expresó que este proyecto es apoyado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Expuso que también trabajan en una investigación con China, para dar más vida al tomate y que pueda madurarse más lento como otros vegetales como el pepino. “Esto está relacionado con identificar los genes y el proceso de maduración del tomate en comparación con el pepino, que es de la misma familia genética pero dura más. Y el propósito es identificar los genes clave que hacen el proceso de maduración. Es como modificar en forma segura su genética que no afecte al ser humano”, expresó.
Según destacó la directora ejecutiva del IIBI, Agripina Ramírez Sánchez, estas colaboraciones internacionales permiten el fortalecimiento de las investigaciones científicas y los recursos humanos, favoreciendo el intercambio de conocimiento en ambas direcciones y la divulgación a través de publicaciones científicas.
Dijo que lo importante es que estas investigaciones e innovaciones sean útiles para el sector productivo.

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