El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, reiteró que el objetivo del nuevo Gobierno es que la economía estadounidense crezca «a un ritmo sostenido del 3% o más».
Dijo que la Casa Blanca está trabajando en una reforma fiscal que será «muy significativa» y confió en que sea aprobada por el Congreso antes de agosto.
«Queremos que salga antes del receso (legislativo) de agosto. Estamos trabajando estrechamente con los líderes de la Cámara de Representantes y del Senado y esperamos que sea un plan combinado», dijo Mnuchin en declaraciones al canal financiero CNBC.
El nuevo secretario del Tesoro fue confirmado la semana pasada para un cargo desde el que tiene como principal objetivo llevar a cabo la reforma fiscal prometida por el presidente, Donald Trump, con especial énfasis en la rebaja de impuestos para las empresas.
La semana pasada Trump aseguró, sin ofrecer mayores detalles, que «en las próximas semanas» dará a conocer su ambiciosa reforma fiscal, algo que despertó el apetito de los inversores y que ha impulsado el último «rally» en Wall Street.
El secretario del Tesoro reiteró en CNBC que el objetivo del nuevo Gobierno es que la economía estadounidense crezca «a un ritmo sostenido del 3% o más», aunque anticipó que no esperan alcanzar esa marca hasta final de año.
En la misma entrevista, aseguró que están estudiando seriamente la posibilidad de emitir bonos de deuda pública a 50 y 100 años, al igual que ya hacen otros países, y dijo que ya están en contacto «con inversores y gente del mercado».
Por otro lado, Mnuchin expresó cautela acerca de las pretensiones del presidente Trump de designar a China como país manipulador de divisas, al anticipar que una decisión al respecto no se producirá al menos hasta abril.
«Tenemos un proceso dentro del Tesoro donde revisamos y examinamos la manipulación de divisas de manera global», dijo Mnuchin, quien añadió que en el caso de China no harán «ningún juicio» hasta que se complete ese proceso.
Durante la pasada campaña electoral, el magnate neoyorquino prometió que, si ganaba las elecciones, en el primer día de su Presidencia ordenaría al Tesoro designar a China como país manipulador de divisas.
Trump llegó también a la Casa Blanca con la promesa, entre otras cosas, de aprobar una bajada de impuestos, aumentar el límite de endeudamiento, reducir normas y reglamentos y renegociar los tratados de libre comercio.
Trump ha favorecido una reforma fiscal en la que ninguna empresa pague por encima de 15% de sus ingresos. La tasa actual es de 40 por ciento.