Fue durante la década de los ochenta del pasado siglo XX cuando tuvo su nacimiento y apogeo la Comisión de Patólogos de la Asociación Médica Dominicana. Dicha entidad era el órgano que ejecutaba todos los requerimientos de autopsias judiciales en el país.
La inmensa mayoría de las solicitudes de necropsias por parte de la Procuraduría General de República eran exhumaciones . Quien suscribe encabezaba la Comisión integrada además por los colegas Yamil Salomón y el fenecido Iván Brugal. Siendo presidente del gremio el Dr. Anulfo Reyes nos correspondió realizar el experticio a una joven sanjuanera quien desde el municipio de Vallejuelo había tratado infructuosamente de diversas maneras descontinuar su estado de gestación que empezaba a sobrepasar el cuarto mes. Por fin consiguió que un gineco-obstetra de la común cabecera de San Juan se atreviera a realizarle un legrado abortivo.
A los pocos días del procedimiento quirúrgico la mujer empezó a quejarse de fiebre, dolor abdominal intenso y vómitos por lo que requirió internamiento. El cuadro clínico empeoró al punto que la enferma dejó de orinar y se tornó comatosa. Ya en estado crítico, los familiares decidieron trasladarla de urgencia a la capital, en donde falleció luego de una corta estancia en la unidad de cuidados intensivos de un centro de salud.
El cadáver de la occisa fue sepultado en el lugar de nacimiento de la malograda joven. El ministerio público apresó al galeno que llevó a cabo el fatal legrado, al tiempo que solicitó la exhumación y autopsia con la finalidad de determinar la causa del deceso.
Tanto el fiscal, como los abogados de la defensa y el gremio médico estaban a la espera de los resultados del estudio forense para definir el proceso judicial en curso. Fue el primer conflicto de intereses en que se vio envuelta la Comisión de Patólogos de la Asociación Médica Dominicana.
La disección abdominal evidenció un útero agrandado y perforado, correspondiente a 18 semanas de embarazo, acompañada de peritonitis. La causa de la muerte fue debida a un curetaje con perforación uterina, lo que se complicó con una peritonitis purulenta y shock séptico final.
En el caso hubo impericia médica, por lo que el informe pericial empeoraba la situación legal del médico en cautiverio. Obediente al postulado de ser fiel a la verdad científica, la comisión entregó a las autoridades correspondientes las conclusiones del estudio médico legal.
El aborto séptico y las hemorragias son causas frecuentes de morbilidad y mortalidad materna, principalmente en adolescentes que resultan embarazadas accidentalmente y suelen recurrir a peligrosos procedimientos abortivos. Se trata de un grave y complejo problema social que debe ser enfrentado con sabiduría y firmeza.
En el mismo intervienen múltiples factores coadyuvantes, entre ellos el nivel educativo, cultural, religioso, económico, familiar, aparte de la condición física y psíquica de la mujer. El enfoque es obligadamente multidisciplinario, haciendo hincapié en la educación y la familia. La escuela juega un rol primordial, pues allí se le enseña a la niña todo lo concerniente a la educación sexual, evitando así el embarazo precoz y no deseado.
El hogar habrá de convertirse en un agradable lugar de diálogo y entendimiento entre padres e hijas, en donde impere la confianza, la sinceridad, la transparencia, la comprensión y sobre todo el amor. El morbo mediático más que ayudar lo que consigue es empeorar este crónico mal.