Trágico incidente sin el 9-1-1

Trágico incidente sin el 9-1-1

Me advierte Silvio Rodríguez en su poema musicalizado Canción del Elegido: “Siempre que se hace una historia/ se habla de un viejo, de un niño, o de sí/ Pero mi historia es difícil”… Lo que he de narrarles es una dolorosa historia real. Estoy decidido a contarla sin alarde de donaire sádico, ni de masoquismo intelectual. El propósito es más de alertar a los que de buena voluntad se esfuerzan por implementar el sistema de emergencia 9-1-1 en la República Dominicana. Me han sorprendido los hallazgos de la autopsia practicada en el cadáver de una infante con apenas cuatro meses de edad que expiró en los brazos impotentes de un colega médico.

El galeno fue detenido por agentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas, en la carretera Sánchez, tramo que conduce de la ciudad de San Cristóbal a Santo Domingo, cuando transportaba de urgencia a la menor al Hospital Dr. Robert Reid Cabral. De acuerdo a una versión noticiosa, los miembros de Control de Drogas esperaban una ambulancia procedente del sur, la cual supuestamente traía un cargamento de sustancias prohibidas.

Al trágico incidente en que se vio envuelto el joven pasante se le podría aplicar el adagio anglosajón que más o menos se traduciría como: “ser la persona equivocada, que estuvo presente en el lugar y la hora inadecuada”.

De nada valieron las súplicas del facultativo para que se le permitiera continuar la marcha con la niña agonizante; los agentes con armas largas mantuvieron detenido el vehículo el tiempo suficiente para que la menor expirara en el lugar. Un segundo percance se dio al llegar al Hospital Infantil cuando los encargados de sala de urgencias rehusaban ingresar a la hoy occisa, bajo el alegato de que ya había fallecido y que lo procedía era hacer el acta de levantamiento.

Luego de esa tortuosa marcha fúnebre, la fenecida llegó al Instituto Nacional de Patología Forense. Allí se le practicó una necropsia. ¿Y qué fue lo arrojó el experticio? Señalaremos de paso que el padre y la madre de la víctima eran adolescentes que apenas alcanzaban la edad de quince años. El cuerpecito mostraba evidencia de un pobre cuidado higiénico expresado a través de una severa pañalitis aguda, es decir una marcada inflamación de la piel ano genital en toda la zona que corresponde al lugar donde se coloca el paño absorbente.

Notamos un edema agudo de pulmón, a consecuencia de una enfermedad cardiaca congénita denominada cardiomiopatía hipertrófica. Se trata de un trastorno hereditario frecuente, que aparece en uno de cada 500 nacidos y que se expresa por un marcado engrosamiento irregular de la pared del ventrículo izquierdo, mayormente del septum interventricular.

La afección puede generar una muerte súbita. En el presente caso se manifestó como una insuficiencia cardiaca congestiva, con un corazón que pesó el doble de lo normal, acompañado de agrandamiento del bazo y del hígado.

Dicho malestar no fue detectado en vida, muy a pesar de que la ahora difunta desarrolló severa dificultad respiratoria y un oscurecimiento en la coloración de la piel llamado cianosis. ¡Qué fatalidad la de una desconocida cardiópata infantil detenida por una patrulla en la carretera sin que opere el 9-1-1!

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